"Permítaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto."
Hoy
quiero ver que el problema siempre es alguna forma de resentimiento.
Quiero comprender que la solución es siempre un milagro al que le
permito ocupar el lugar del resentimiento. Hoy quiero recordar la
simplicidad de la salvación, recordando que sólo hay un problema, (un
resentimiento) y una solución, (un milagro). E invito a la solución
cuando perdono la causa del resentimiento y le doy la bienvenida al
milagro que ocupa su lugar
Variaciones específicas para aplicar la
idea: "Esto supone un problema para mí, que quiero que se resuelva." "El
milagro que está detrás de este resentimiento, lo resolverá por mí" "La
solución a este problema es el milagro que este problema oculta"
2) "Permítaseme reconocer que estos problemas se han resuelto."
La
única razón por la que creo tener problemas, es que uso el tiempo
indebidamente, creyendo que primero ocurre el problema y luego debe
resolverse. No veo el problema y la solución como acontecimientos
simultáneos, porque aún no me di cuenta de que Dios ubicó la solución
junto al problema, y el tiempo no los puede separar. El Espíritu Santo
me lo mostrará si se lo permito.
Variaciones específicas: "No tengo
que esperar a que esto se resuelva" "La solución a este problema ya se
me dio, si estoy dispuesto a aceptarla" "El tiempo no puede separar este
problema de su solución".
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