martes, 23 de febrero de 2010

Salmo 3

Salmo 3

Clamor matinal del justo perseguid.

1 Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Absalón.

2 Yahvé, ¡cuán numerosos son mis adversarios,
cuántos los que se alzan contra mí!
3 ¡Cuántos los que dicen de mi vida:
"No hay salvación para él en Dios!" Pausa.

4 Mas tú, Yahvé, escudo que me ciñes,
mi gloria, el que realza mi cabeza.
5 A voz en grito clamo hacia Yahvé,
y él me responde desde su santo monte. Pausa.

6 Yo me acuesto y me duermo,
me despierto, pues Yahvé me sostiene.
7 No temo a esas gentes que a millares
se apostan en torno contra mí.

8 ¡Levántate, Yahvé!
¡Dios mío, sálvame!
Tú hieres en la mejilla a todos mis enemigos,
los dientes de los impíos tú los rompes.
9 De Yahvé la salvación.
Tu bendición sobre tu pueblo. Pausa

Aplicaciones
Para evitar problemas con los empleados y los subordinados.
Contra las pesadillas.
Para atraer la prosperidad.

Invocación
Magan

Salmo 2

Salmo 2

El drama mesiánico.

1 ¿Por qué se agitan las naciones,
y los pueblos mascullan planes vanos?
2 Se yerguen los reyes de la tierra,
los caudillos conspiran aliados
contra Yahvé y contra su Ungido:
3 "¡Rompamos sus coyundas,
sacudámonos su yugo!"

4 El que se sienta en los cielos se sonríe,
Yahvé se burla de ellos.
5 Luego en su cólera les habla,
en su furor los aterra:
6 "Ya tengo yo consagrado a mi rey
en Sión mi monte santo."

7 Voy a anunciar el decreto de Yahvé:
El me ha dicho: "Tú eres mi hijo;
yo te he engendrado hoy.
8 Pídeme, y te daré en herencia las naciones,
en propiedad los confines de la tierra.
9 Con cetro de hierro, los quebrantarás,
los quebrarás como vaso de alfarero."

10 Y ahora, reyes, comprended,
corregíos, jueces de la tierra.
11 Servid a Yahvé con temor,
12 con temblor besad sus pies;
no se irrite y perezcáis en el camino,
pues su cólera se inflama de repente.

¡Venturosos los que a él se acogen!

Aplicaciones
Para protegerse de ls malas intenciones de los malvados.
Para sanar enfermos.
Para protegerse de las habladurias.
Para calmar el caracter

Invocación
Golam

Salmo 1

Salmo 1

Los dos caminos.

1 ¡Dichoso el hombre que no sigue
el consejo de los impíos,
ni en la senda de los pecadores se detiene,
ni en el banco de los burlones se sienta,
2 mas se complace en la ley de Yahvé,
su ley susurra día y noche!

3 Es como un árbol plantado
junto a corrientes de agua,
que da a su tiempo el fruto,
y jamás se amustia su follaje;
todo lo que hace sale bien.

4 ¡No así los impíos, no así!
Que ellos son como paja que se lleva el viento.
5 Por eso, no resistirán en el Juicio los impíos,
ni los pecadores en la comunidad de los justos.
6 Porque Yahvé conoce el camino de los justos,
pero el camino de los impíos se pierde.

Aplicaciones
Para evitar las malas compañias.
Para tener éxito en algo que se inicia.
Para estar protegido contra los enemigos

Invocación
Elpad