"Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito."
Hasta ahora,
hemos seguido el plan del ego, que se basa en abrigar resentimientos,
creyendo que si otra persona hace o dice algo, u ocurriese tal o cual
cosa, te salvarías; percibiendo la salvación siempre como externa a vos.
Cada resentimiento es una declaración: "Si esto cambiara, yo me
salvaría". Por eso cambiamos de un método a otro, de un maestro a otro,
buscando siempre afuera.
El plan de Dios, en cambio, es buscar la
salvación allí donde está: pero para encontrarla, debes estar dispuesto a
buscarla solamente allí, para no dividir tu propósito. La idea de hoy
es la respuesta para salir de esta dualidad.
Pácticas largas: (2 de
10 min: vos decidís cuándo) Comenzá pensando en la idea de hoy, y en la
dualidad que ya planteamos. "El plan de Dios para la salvación tendrá
éxito, pero otros no" (no permitas que la segunda parte te cause
depresión o desdicha) Luego, dedicá el resto de la sesión a preguntarle a
Dios su plan:
"¿Qué quieres que haga? ¿Adónde quieres que vaya? ¿Qué
quieres que diga, y a quién?" Él responderá en la medida en que estés
dispuesto a oír, y el hecho de hacer los ejercicios, demuestra tu
disposición.
Sesiones Cortas: Durante el día, mantenete atento a no
sentir resentimientos, repitiendo esta variación de la idea: "Abrigar
resentimientos es lo opuesto al plan de Dios para la salvación, y sólo
Su plan tendrá éxito."
Además, tratá de recordar unas 6 veces por
hora la idea de hoy. No puede haber mejor manera de pasar medio minuto,
que recordar la Fuente de tu salvación allí donde se encuentra.