Iniciamos el Quinto Repaso cuya introducción es como sigue:
Nos
estamos preparando para un nuevo nivel de entendimiento. Ahora, vamos a
ir más de prisa, porque nos acercamos a una mayor certeza, propósito más
firme y meta más segura. Cuando dudes, decí:
"Padre nuestro, afianza
nuestros pasos. Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes, y
háblanos. No tenemos nada que decirte, pues sólo deseamos escuchar Tu
Palabra y hacerla nuestra. Guía nuestras prácticas, tal como un padre a
su hijo pequeño por un camino que desconoce, pero aún así, el hijo lo
sigue seguro de estar a salvo porque el padre le muestra el camino.
De
este modo, es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. Si tropezamos,
Tú nos levantarás. Si se nos olvida el camino, sabemos que Tú siempre
lo recordarás. Y si nos extraviamos, Tú no te olvidarás de llamarnos.
Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor
certeza y mayor rapidez hasta Tí. Y aceptamos la Palabra que Tú nos
ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los
pensamientos que Tú nos has dado".
El pensamiento que unifica nuestra práctica, y precede a cada una de ellas es:
"Dios es sólo Amor, y por ende, eso es lo que soy yo".
Sólo
este Ser es amor, perfecta unión con el Padre. Y eso es lo que nos
espera al fin del camino. Cada paso que damos, nos acerca a esta meta.
Este curso nos fue enviado para allanar el sendero de la Luz y
enseñarnos cómo regresar al eterno Ser que creímos haber perdido.
Cristo
nos acompaña en este camino. Y al mismo tiempo nos espera al final de
él con Dios, junto con nuestros hermanos. Dios nos espera a todos,
porque sin nosotros, el cielo está incompleto, y Él es completo y
perfecto.
Permití que este repaso sea el regalo que le hacés a Él; lo
único que necesita es que oigamos Sus palabras, (recordándolas) y las
ofrezcamos al mundo. Tomá a tu hermano de la mano; este camino no se
recorre solo. Todo lo que vive es uno con vos, porque la Voluntad del
Padre es ser uno con su Hijo.
Practicamos así una antigua Verdad que
sabíamos desde antes de que la ilusión pareciese apoderarse del mundo. Y
le recordamos al mundo que es libre, al decir:
"Dios es sólo Amor, y por ende, eso es lo que soy yo".
Con
este pensamiento comenzamos cada día de repaso. Y con esto comenzamos y
concluimos cada período de práctica. Y con él nos vamos a dormir. Todo
pensamiento que repasemos lo envolvemos en éste. Así reconoceremos que
estas palabras son verdad.
Las palabras, sin embargo, sirven sólo
para recordarle a la mente nuestro propósito. Tratemos de ir más allá de
su sonido, a medida que nos acercamos a la Fuente del significado. Ahí
es donde hallaremos reposo.
Sesiones largas: Por 5 minutos como
mínimo y por el mayor tiempo posible (10, 15 min. o 30 nos parecerán
poco tiempo pronto) al despertar, y lo mismo por la noche, felizmente y
llenos de gratitud, leamos las ideas del día y recordemos la frase o
idea que las representan. Recordemos además ser fieles a la Voluntad que
compartimos con Dios, y nuestra creciente paz aumentará con cada hora.
Sesiones
cortas: Cada hora dediquémosle 1 minuto (aunque se te olvide, volvé a
tu intención original a la hora siguiente) a recordar Su Amor y nuestra
misión.
Dios es sólo Amor, y por ende, eso es lo que soy yo.Todas las cosas son ecos de la voz que habla por Dios.
Dios es sólo Amor, y por ende, eso es lo que soy yo.
Tengo el poder de decidir.
Dios es sólo Amor, y por ende, eso es lo que soy yo.