"Mi santidad es mi salvación".
Hoy se te exhorta a que sean de 5
minutos completos cada una de las 4 sesiones de práctica largas, y a que
sean más frecuentes y de más duración. además de hacer aplicaciones
cortas a lo largo del día.
Repetí la idea de hoy para tus adentros;
luego cerrá los ojos y buscá en tu mente pensamientos que no sean
amorosos, en cualquier forma en que se presenten: de ellos necesitas
salvarte. Impartirles tu bendición a estas situaciones, personas, etc.
asociadas a pensamientos no amorosos, que son sujetos apropiados; para
tu salvación, es imperativo que los veas de otra manera. Impartirles tu
bendición te salvará y te dará esa otra visión.
Lentamente, sin
elegir conscientemente, aplicá la idea "Mis pensamientos no amorosos
acerca de .... me mantienen en el infierno. Mi santidad es mi
salvación."
También podés solamente repetir la idea de hoy
lentamente. Asimismo podés relajarte sin pensar en nada. (mantener la
concentración irá siendo más fácil con la práctica). Para finalizar la
sesión, repetí la idea de hoy y añadí: "si la culpabilidad es el
infierno, ¿cuál es su opuesto?"
En las aplicaciones cortas, que deben
hacerse 4 veces por hora de ser posible, repetí la idea de hoy, y
aplicala: "Mi santidad es mi salvación de ésto".
Si la culpabilidad
es el infierno, ¿cuál es su opuesto? La pregunta no es difícil, pero si
realmente creyeras que la culpabilidad es el infierno, no precisarías
estos ejercicios. Tu santidad es la salvación del mundo. ¿Y tu propia
salvación? no puedes dar lo que no tienes. Por eso hoy los ejercicios se
dirigen a vos. Tu salvación es crucial, y beneficia al mundo entero. Tu
santidad es la respuesta a toda pregunta que exista. Significa el fin
de la culpabilidad, y por ende, el fin del infierno. Tu santidad es la
salvación del mundo, y tu salvación.