Estar en cuerpo y mente-cuento hindú
Cuentan que hace muchos años en India había dos jóvenes que eran
grandes amigos. Trabajaban en una pequeña aldea y decidieron ir a pasar
unos días a la ciudad.
Cuando llegaron a ella, comenzaron a caminar por las calles
populosas, llenas de actividad y gentes bulliciosas. Y así fue que
llegaron a una gran calle donde se encontraba un conocido burdel que
estaba frente a la casa de un hombre santo muy famoso.
Uno de los amigos decidió pasar unas horas en el burdel, bebiendo y
disfrutando de las bellas prostitutas, en tanto que el otro optó por
pasar ese tiempo en el santuario, escuchando al maestro que hablaba
sobre la conquista interior.
Cuando había pasado un buen rato, el joven que estaba en el burdel
comenzó a lamentar no estar escuchando al maestro en el santuario, en
tanto que el otro amigo, por el contrario, en lugar de estar atento a
las enseñanzas que estaba oyendo, estaba fantaseando con los placeres
del burdel y reprochándose a sí mismo lo necio que había sido por no
elegir la diversión.
De este modo, el hombre que estaba en el burdel obtuvo los mismos
méritos que si hubiera estado en el santuario, y el que estaba en el
santuario acumuló tantos deméritos como si hubiera estado en el burdel.
Mientras tanto el maestro seguía hablando del valor de vivir el momento
presente con todo el ser y el corazón y decía:
"No basta con estar físicamente presente, ni con hacer los gestos
o decir las palabras de forma mecánica. Precediendo a los actos, está
la actitud interior, la conciencia del acto y sus consecuencias. En la
actitud interior, en la conciencia del acto se encierra su autentico
valor".
Pero el discípulo perdido en sus fantasías no lo escuchaba.
Anthony de Mello
sábado, 14 de julio de 2012
LABERINTO DE CHARTRES
Laberinto de Chartres
El laberinto simboliza la búsqueda del alma.
El
Laberinto de la Catedral de Chartres, fue construido en 1220 en
Francia. Se trata de un mandala cosmológico y calendario de base lunar,
que tiene su fundamento en la geometría sagrada, un antiguo arte que nos
proporciona equilibrio y serenidad.El peregrino recorre el Laberinto impregnándose de las energías que emanan, ya que la Catedral se alza sobre un gran montículo prehistórico, encima de una caverna subterránea, la Catedral de Chartres tiene sin duda la influencia oculta de los Alquimistas y Geománticos de la época.
Catedral de Chartres - Francia
Entrar en el Laberinto es ingresar a un rito casi tan antiguo como lo es la raza humana.El alma se expresa en imágenes, ritmos y metáforas, y el Laberinto, como imagen arquetípica es una manifestación visible de todos ellos.
Mientras que el círculo es universalmente reconocido como símbolo de totalidad y unidad, la espiral es símbolo de transformación y crecimiento.
El Laberinto de Chartres es un circuito de once vueltas y una sola vía, es decir, sin caminos falsos, ni riesgo de perderse ya que su sendero conduce siempre hacia el centro, para luego retornar hacia la salida.
El camino hacia adentro, facilita la limpieza y aquietamiento de la mente; el espacio central es un lugar de meditación y contemplación para permanecer receptivos a las bendiciones del silencio; el camino hacia afuera, conduce a la integración de la creatividad y el poder amoroso del alma en el mundo.
Se afirma que si este laberinto se recorre con la mente y el corazón abiertos, se convierte en un espejo que responde a las preguntas acerca de quiénes somos y dónde estamos en nuestra vida.
Ampliar para recorrer con el dedo, guardar o imprimir.
Para
recorrerlo, puede encender una vela, un incienso, aquietarte realizando
unas cuantas respiraciones profundas, silenciando tu mente mientras
contemplas la imagen. Cuando te sientas tranquilo y en silencio interno,
puedes comenzar a recorrer el laberinto con el dedo o con un lápiz...
avanzando paso a paso, muy lentamente y a conciencia.... observando
todo lo que llegue a tu mente mientras lo recorres de afuera hacia
adentro y de dentro hacia afuera.Al hacerlo activarás registros muy sutiles de tu camino hacia el despertar, registros que están en lo más profundo de tus memorias.
Etiquetas:
Crecimiento espiritual
La Conciencia es una Materia Viva
Pinjás, la porción de la Biblia que leemos esta semana, contiene la
energía de la sanación. Así que esta semana hagámonos la pregunta: ¿Qué
es la sanación y cómo traemos esta energía a nuestras vidas?
De acuerdo a los kabbalistas, la sanación comienza cuando hacemos el cambio interno que el universo nos pide, Ya sea que nos demos cuenta de ello o no, cada vez que realizamos una acción negativa, nos movemos más cerca del Deseo de recibir para sí mismo y de la muerte, mientras que cada vez que realizamos una acción positiva de compartir, nos acercamos al alma y a la vida.
La sanación ocurre cuando de manera consciente nos acercamos a la Luz, especialmente cuando es difícil o cuando no queremos o cuando caemos presa de nuestros pensamientos negativos.
¿A qué me refiero con esto? Básicamente, cuando no estamos en nuestro mejor momento (digamos, cuando caemos en bancarrota, o cuando nuestro mejor amigo se aleja) estos son los momentos en los que debemos decirnos a nosotros mismos: “tengo la certeza de que aunque no tengo la posición que antes tenia o no me siento tan bien como antes, sé que el sol está brillando”. Estos son los momentos en los que tenemos que decir: “Sé con certeza que soy parte del espíritu del Creador, y aunque Él me traído a este proceso triste, tal vez es para ayudarme a saltar hacia adelante con la Luz”.
La verdad es que lo que la mayoría de nosotros está buscando es esa paz interior que surge cuando podemos ir a dormir en la noche diciéndonos: “he hecho lo que he podido para convertirme en una mejor persona y para hacer del mundo un lugar mejor”. Sin embargo, tenemos que darnos cuenta de que todas las cosas en nuestras vidas que ocurren sin contratiempos son trampolines para llevarnos a otro desafío, a otro nivel, a otra plataforma de la cual podamos crecer. La paz no es únicamente la ausencia del caos. Sí, tal vez hemos fallado, no obstante, lo intentamos y es el intento lo que importa.
Hay personas que se cuidan muy bien en el aspecto físico pero aun así se enferman. Algunas veces podemos hacer lo mejor por nuestro cuerpo, pero si olvidamos nuestra alma, nunca alcanzaremos el crecimiento que traiga balance a ambos aspectos. Así que ¿cómo llegamos a ese punto?
Primero que todo, el aspecto importante a saber es que la paz y la sanación no pueden venir de una persona o un lugar fuera de nosotros. Y segundo, tenemos que estar dispuestos a hacer algunas cosas que tal vez no queramos: tener paciencia cuando estamos frustrados, sonreír cuando no queramos, ser decentes con las personas e inclusive salir a ayudar a alguien aun cuando sintamos que no estamos “de humor para ello hoy”.
Pero ¿sabes qué? Las estadísticas están comenzando a apoyar la noción de que la bondad y el compartir benefician al dador tanto como al que recibe. Recientemente leí sobre un programa de la Universidad de Stanford llamado Centro de Investigación y Educación para la Compasión y el Altruismo, el cual esta haciendo una investigación exhaustiva en el dar y en el comportamiento altruista (qué motiva tales comportamientos y cómo estos comportamientos nos ayudan).
La verdad es que la conciencia es una materia viviente, y nuestros pensamientos y acciones de compartir tienen ramificaciones más allá de lo que podemos comprender con nuestros sentidos físicos. Nuestra responsabilidad individual es hacer que la Luz se extienda mucho más allá de nuestro lugar de residencia o de nuestro sitio de trabajo. Si realmente nos concentramos en cambiarnos a nosotros mismos en aspectos pequeños, entonces cada paso nos llevará más cerca de la sanación, más cerca de la Luz, y más cerca al tiempo en el que juntos vezamos el caos y el sufrimiento en este mundo.
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De acuerdo a los kabbalistas, la sanación comienza cuando hacemos el cambio interno que el universo nos pide, Ya sea que nos demos cuenta de ello o no, cada vez que realizamos una acción negativa, nos movemos más cerca del Deseo de recibir para sí mismo y de la muerte, mientras que cada vez que realizamos una acción positiva de compartir, nos acercamos al alma y a la vida.
La sanación ocurre cuando de manera consciente nos acercamos a la Luz, especialmente cuando es difícil o cuando no queremos o cuando caemos presa de nuestros pensamientos negativos.
¿A qué me refiero con esto? Básicamente, cuando no estamos en nuestro mejor momento (digamos, cuando caemos en bancarrota, o cuando nuestro mejor amigo se aleja) estos son los momentos en los que debemos decirnos a nosotros mismos: “tengo la certeza de que aunque no tengo la posición que antes tenia o no me siento tan bien como antes, sé que el sol está brillando”. Estos son los momentos en los que tenemos que decir: “Sé con certeza que soy parte del espíritu del Creador, y aunque Él me traído a este proceso triste, tal vez es para ayudarme a saltar hacia adelante con la Luz”.
La verdad es que lo que la mayoría de nosotros está buscando es esa paz interior que surge cuando podemos ir a dormir en la noche diciéndonos: “he hecho lo que he podido para convertirme en una mejor persona y para hacer del mundo un lugar mejor”. Sin embargo, tenemos que darnos cuenta de que todas las cosas en nuestras vidas que ocurren sin contratiempos son trampolines para llevarnos a otro desafío, a otro nivel, a otra plataforma de la cual podamos crecer. La paz no es únicamente la ausencia del caos. Sí, tal vez hemos fallado, no obstante, lo intentamos y es el intento lo que importa.
Hay personas que se cuidan muy bien en el aspecto físico pero aun así se enferman. Algunas veces podemos hacer lo mejor por nuestro cuerpo, pero si olvidamos nuestra alma, nunca alcanzaremos el crecimiento que traiga balance a ambos aspectos. Así que ¿cómo llegamos a ese punto?
Primero que todo, el aspecto importante a saber es que la paz y la sanación no pueden venir de una persona o un lugar fuera de nosotros. Y segundo, tenemos que estar dispuestos a hacer algunas cosas que tal vez no queramos: tener paciencia cuando estamos frustrados, sonreír cuando no queramos, ser decentes con las personas e inclusive salir a ayudar a alguien aun cuando sintamos que no estamos “de humor para ello hoy”.
Pero ¿sabes qué? Las estadísticas están comenzando a apoyar la noción de que la bondad y el compartir benefician al dador tanto como al que recibe. Recientemente leí sobre un programa de la Universidad de Stanford llamado Centro de Investigación y Educación para la Compasión y el Altruismo, el cual esta haciendo una investigación exhaustiva en el dar y en el comportamiento altruista (qué motiva tales comportamientos y cómo estos comportamientos nos ayudan).
La verdad es que la conciencia es una materia viviente, y nuestros pensamientos y acciones de compartir tienen ramificaciones más allá de lo que podemos comprender con nuestros sentidos físicos. Nuestra responsabilidad individual es hacer que la Luz se extienda mucho más allá de nuestro lugar de residencia o de nuestro sitio de trabajo. Si realmente nos concentramos en cambiarnos a nosotros mismos en aspectos pequeños, entonces cada paso nos llevará más cerca de la sanación, más cerca de la Luz, y más cerca al tiempo en el que juntos vezamos el caos y el sufrimiento en este mundo.
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