Ver el final en el principio
Del 4 al 10 de diciembre de 2011
Con la energía y la Luz que está disponible para nosotros esta semana
somos capaces de conectar con una forma superior de entendimiento que no
está disponible habitualmente en la dimensión física.
Para hacer esto, podemos empezar con una idea básica en la sabiduría de la Luz del Creador. Desde la perspectiva de la Luz, el principio y el final de cualquier acontecimiento tienen lugar en el mismo instante; la Luz ve la causa y el resultado simultáneamente. Cada detalle del árbol plenamente desarrollado existe dentro de su semilla. Los kabbalistas lo llaman “el final en el principio”.
Sin embargo, para nosotros, el resultado final de una acción es ambiguo en el momento en que la llevamos a cabo, y la forma en la que empiezan las cosas a menudo es distinta de la forma en la que acaban. A veces esto acaba funcionando de la mejor manera, pero a veces un comienzo muy positivo lleva a un final negativo.
Por lo tanto, no es suficiente que el principio de un proyecto sea bueno. Aun con el mejor principio, no hay certeza sobre el resultado, pues la distancia entre el principio y el final puede ser mucho mayor de lo que imaginamos. Nuestro trabajo espiritual es mantener nuestra fortaleza y manifestar esa fortaleza hasta el final de nuestros proyectos.
Esto no es en absoluto fácil; debemos frecuentemente proceder a lo largo del camino que hemos elegido sin una clara visión de adónde nos lleva.
Esta semana, podemos conectar con una energía de certeza y coraje que nos dará poder para enfrentarnos a nuestro desafío, además de ayudarnos a mantener nuestras intenciones dignas hasta llegar a completar todos lo que hacemos. En efecto, podemos obtener el poder Divino de unir “el final con el principio”, pues sabremos que la negatividad no transformará y corromperá nuestros proyectos.
Este regalo realmente maravilloso y de gran oportunidad viene con una lección de igual importancia: el progreso a lo largo de nuestro camino espiritual requiere consistencia y compromiso hasta el final. Con frecuencia nos volvemos autocomplacientes en nuestra espiritualidad, lo cual puede tener consecuencias altamente destructivas.
Esta semana no es para tomarnos nuestro desarrollo espiritual a la ligera, para “dormirnos en los laureles”. Cada vez que empujamos nuestras barreras autoimpuestas (pereza, duda, inseguridad, odio, apatía) podemos obtener poder para llevar esta sabiduría a la acción.
Todo lo mejor,
Yehuda
Para hacer esto, podemos empezar con una idea básica en la sabiduría de la Luz del Creador. Desde la perspectiva de la Luz, el principio y el final de cualquier acontecimiento tienen lugar en el mismo instante; la Luz ve la causa y el resultado simultáneamente. Cada detalle del árbol plenamente desarrollado existe dentro de su semilla. Los kabbalistas lo llaman “el final en el principio”.
Sin embargo, para nosotros, el resultado final de una acción es ambiguo en el momento en que la llevamos a cabo, y la forma en la que empiezan las cosas a menudo es distinta de la forma en la que acaban. A veces esto acaba funcionando de la mejor manera, pero a veces un comienzo muy positivo lleva a un final negativo.
Por lo tanto, no es suficiente que el principio de un proyecto sea bueno. Aun con el mejor principio, no hay certeza sobre el resultado, pues la distancia entre el principio y el final puede ser mucho mayor de lo que imaginamos. Nuestro trabajo espiritual es mantener nuestra fortaleza y manifestar esa fortaleza hasta el final de nuestros proyectos.
Esto no es en absoluto fácil; debemos frecuentemente proceder a lo largo del camino que hemos elegido sin una clara visión de adónde nos lleva.
Esta semana, podemos conectar con una energía de certeza y coraje que nos dará poder para enfrentarnos a nuestro desafío, además de ayudarnos a mantener nuestras intenciones dignas hasta llegar a completar todos lo que hacemos. En efecto, podemos obtener el poder Divino de unir “el final con el principio”, pues sabremos que la negatividad no transformará y corromperá nuestros proyectos.
Este regalo realmente maravilloso y de gran oportunidad viene con una lección de igual importancia: el progreso a lo largo de nuestro camino espiritual requiere consistencia y compromiso hasta el final. Con frecuencia nos volvemos autocomplacientes en nuestra espiritualidad, lo cual puede tener consecuencias altamente destructivas.
Esta semana no es para tomarnos nuestro desarrollo espiritual a la ligera, para “dormirnos en los laureles”. Cada vez que empujamos nuestras barreras autoimpuestas (pereza, duda, inseguridad, odio, apatía) podemos obtener poder para llevar esta sabiduría a la acción.
Todo lo mejor,
Yehuda
Secuencia de los 72 Nombres conectada a esta semana
Estoy dotado con el poder para concluir todo lo que comienzo, en especial las tareas y metas de naturaleza espiritual.