domingo, 23 de diciembre de 2012
JUNTA KARMICA
El Tribunal Kármico es un grupo de seres divinos cuyo servicio, atemperado por la misericordia y compasión, es ver que la Justicia Divina sea dada a todo individuo, utilizando la Tierra como una aula de clases. Luego de pasar a través de lo que se llama muerte estos individuos se les permiten un tiempo prudencial para que descansen, visiten seres amados, y para que en general desaten las tensiones de la vida pasada.
El karma es una deuda espiritual que contraemos ante las leyes divinas cada vez que transgredimos la ley del Amor. El Tribunal Kármico esta conformado por Seres Divinos con mucha Luz, Bondad y Misericordia, se encuentran en el Reino Etérico inferior, en un Edificio Blanco, llamado Templo de Gran Misericordia y Amor, al cual acuden las almas antes de encarnar y cuando desencarnan.
La Junta Kármica nunca castiga a ninguna corriente de vida. Las sentencias jamás son dadas como castigo, lo que sucede es que existe una Ley Cósmica que establece que el alma cosecha lo que ha sembrado, porque la forma en que el alma usó las oportunidades en la Tierra, determinará las futuras asignaciones.
Muchas almas tienen que ser contenidas cuando el recuerdo de sus vidas en Tierra es leído ante la Junta Kármica, al darse cuenta de lo que pudo haber hecho para ayudar a los demás, y no lo hizo.
En el momento en que el alma se presenta ante el Tribunal Kármico, va acompañado con los padrinos. Un gran ser Angelical llama a cada uno, quienes van entrando con sus padrinos, por lo general son los Maestros Ascendidos.
Ellos son citados por un mensajero para que aparezcan ante el grupo Kármico para rendir cuenta del uso dado a la vida de Dios y a la energía durante el período de vida terrena. El grupo asigna entonces a cada individuo de un aula de clases específica a niveles interiores donde pueden aprender mejor como superar los errores de la vida pasada y prepararse para mayor perfección en la vida venidera.
El Grupo Kármico decide quien se incorporaría a la Tierra cada año, (bien para beneficio de la raza o para que el individuo pague por sus errores anteriores). El servicio de estos Seres Divinos siempre es el Amor Divino y nunca por ningún respecto, existen ninguna intención de castigo.
En la visita del Tribunal Kármico a la Tierra ofrecen dispensaciones y proyectan toda su radiación de misericordia, perdón, para lo cual, las personas deben tratar en lo posible de permanecer armoniosas para recibir plenamente el flujo de todas las bendiciones que ellos proyectan. Igualmente, vigilan de cerca la evolución del Planeta, de los reinos de la Naturaleza y de los elementales.
Dos veces cada año, 21, 22 y 23 de Junio y de Diciembre, el Equipo se reúne en el Retiro del Tetón, para oír las peticiones de la humanidad, y en lo posible, asegurarse que se conceda la energía calificada de Dios para ayudar a la evolución de la Tierra y sus habitantes en el próximo período de seis meses.
Cada persona debe meditar ese día, si se hace en grupo es mucho mejor porque las energías sumadas producen resultados maravillosos que bendicen a los que meditan, a la Tierra y a su humanidad. Las personas pueden solicitar se les dispense en su Karma personal o pueden solicitarlo a nivel del Planeta. Dispensar es eximir de una obligación, absolver de una falta grave.
Las virtudes de la Junta Kármica son Amor, Verdad, Misericordia, Compasión, Justicia, Oportunidad, Perdón.
"Son los Seres Divinos reguladores del Karma individual y colectivo de la humanidad. Todo ser al desencarnar es invitado a comparecer ante este tribunal para analizar el uso y calificación de la energía divina que se le dio a esa individualidad en su pasada encarnación. Está compuesta por:
Pallas Atenea - Kwan Yin - Vista - Portia
Diosa de la Libertad - Señor Saithru - Lady Nada
Shri Magra - Madre María"
Rubén Cedeño
Afinación semanal de la Conciencia de la Kabbalah
Paz en la tierra
Del 23 al 29 de diciembre de 2012
La palabra “paz” es utilizada esta semana quizás más que en cualquier otra época del año.
La vemos en grandes letras doradas en cartas de obsequios y la escuchamos en voces de extraños en la calle que cantan: “Paz en la tierra y a los hombres de buena voluntad”.
Es bueno oírla y se siente bien.
Incluso se siente posible. Porque lo es.
A pesar que en este tiempo existe la guerra y el conflicto, la paz permanece como una posibilidad.
En el Centro de Kabbalah enseñamos que cada una de las 70 naciones en este mundo tiene su propio ángel, quien es el ministro precedente sobre todo lo que ocurre con respecto a esa nación. Cuando los ángeles de cada nación estrechan sus manos en unidad, hay paz. Cuando pelean en los mundos superiores, la guerra comienza en nuestro mundo físico.
Pero hay un gran secreto dado a nosotros por los kabbalistas: aunque los ángeles determinan lo que ocurre en la realidad física, nosotros afectamos a los ángeles con nuestra conciencia y nuestras acciones. ¡Qué poderoso es entender que podemos controlar nuestro propio destino más allá del alcance de los cielos!
Si queremos una realidad de paz, necesitamos tener una conciencia de paz. Sin importar lo que ocurra.
La verdadera paz es incondicional. No le importa quién hizo qué a quién. No depende de nuestra comodidad. No descansa en los sentimientos y no llega cuando es fácil y luego se va corriendo por la puerta cuando el camino se pone difícil.
Cuando podemos ver al amigo o al enemigo y respetarlos incondicionalmente, podemos crear una realidad de paz.
Es fácil comenzar un conflicto o una guerra, pero es casi imposible saber cómo va a terminar.
Desde una escala global hasta nuestras vidas personales, ya sea una pelea entre países, un conflicto con nuestros vecinos o tal vez una discusión con un miembro de la familia, sólo se necesita de una persona dando a la otra el espacio para que sea quien él o ella es.
Parece muy simple, pero la verdad es simple.
Si podemos bajar nuestras defensas lo suficiente como para ver la Luz que existe en el otro ser humano al extremo del campo de batalla, al otro lado de la calle, al otro lado de la mesa del comedor, podemos mover a los ángeles para que traigan fin a todos los conflictos.
La paz es la certeza eterna y duradera de que la Luz está en todos y en todo. Sin importar lo que ocurra.
Júbilo para el mundo.
Todo lo mejor,
Yehuda
La vemos en grandes letras doradas en cartas de obsequios y la escuchamos en voces de extraños en la calle que cantan: “Paz en la tierra y a los hombres de buena voluntad”.
Es bueno oírla y se siente bien.
Incluso se siente posible. Porque lo es.
A pesar que en este tiempo existe la guerra y el conflicto, la paz permanece como una posibilidad.
En el Centro de Kabbalah enseñamos que cada una de las 70 naciones en este mundo tiene su propio ángel, quien es el ministro precedente sobre todo lo que ocurre con respecto a esa nación. Cuando los ángeles de cada nación estrechan sus manos en unidad, hay paz. Cuando pelean en los mundos superiores, la guerra comienza en nuestro mundo físico.
Pero hay un gran secreto dado a nosotros por los kabbalistas: aunque los ángeles determinan lo que ocurre en la realidad física, nosotros afectamos a los ángeles con nuestra conciencia y nuestras acciones. ¡Qué poderoso es entender que podemos controlar nuestro propio destino más allá del alcance de los cielos!
Si queremos una realidad de paz, necesitamos tener una conciencia de paz. Sin importar lo que ocurra.
La verdadera paz es incondicional. No le importa quién hizo qué a quién. No depende de nuestra comodidad. No descansa en los sentimientos y no llega cuando es fácil y luego se va corriendo por la puerta cuando el camino se pone difícil.
Cuando podemos ver al amigo o al enemigo y respetarlos incondicionalmente, podemos crear una realidad de paz.
Es fácil comenzar un conflicto o una guerra, pero es casi imposible saber cómo va a terminar.
Desde una escala global hasta nuestras vidas personales, ya sea una pelea entre países, un conflicto con nuestros vecinos o tal vez una discusión con un miembro de la familia, sólo se necesita de una persona dando a la otra el espacio para que sea quien él o ella es.
Parece muy simple, pero la verdad es simple.
Si podemos bajar nuestras defensas lo suficiente como para ver la Luz que existe en el otro ser humano al extremo del campo de batalla, al otro lado de la calle, al otro lado de la mesa del comedor, podemos mover a los ángeles para que traigan fin a todos los conflictos.
La paz es la certeza eterna y duradera de que la Luz está en todos y en todo. Sin importar lo que ocurra.
Júbilo para el mundo.
Todo lo mejor,
Yehuda
Secuencia de los 72 Nombres conectada a esta semana
Mediante el uso de este Nombre ahora tenemos acceso a la red de los ángeles.
Eliminamos ángeles negativos y su influencia caótica de nuestra vida. Encendemos la fuerza de ángeles positivos. Y todo este poder es activado mediante nuestro compromiso sincero de transformar nuestro carácter.
Eliminamos ángeles negativos y su influencia caótica de nuestra vida. Encendemos la fuerza de ángeles positivos. Y todo este poder es activado mediante nuestro compromiso sincero de transformar nuestro carácter.
LOS SIETE PODEROSOS ELOHIM
La palabra «Elohim» (plural, del hebreo «Eloah», Dios) es uno de los nombres hebreos de Dios, o de los dioses; se utiliza en el Antiguo Testamento cerca de 2.500 veces, con el significado de «Poderoso» o «Fuerte». Elohim es un nombre uni-plural que alude a las llamas gemelas de la Deidad que comprenden la «Divinidad Plural». Al hablar específicamente de la mitad masculina o femenina, la forma en plural se conserva debido a la comprensión de que una mitad de la Totalidad Divina contiene y es el Ser andrógino (la Divinidad Plural).
Los Elohim son la máxima individualización y manifestación de Dios. Los Siete Poderosos Elohim y sus complementos femeninos son los constructores originales de la forma. Elohim es el nombre de Dios que se utilizó en el primer verso de la Biblia. “En el principio creó Dios [Elohim] los cielos y la tierra”. Trabajando directamente bajo los Elohim están los cuatro Seres de los elementos, quienes tienen dominio sobre los Elementales, o Espíritus de la Naturaleza: los gnomos, las salamandras, los silfos y las ondinas.
En el orden de la Jerarquía, los Elohim y los Seres Cósmicos portan la más grande concentración de Luz que podamos comprender en nuestro actual estado de evolución. Elohim es una palabra hebrea que puede derivarse de otras palabras que significan poderoso, fuerte y principal. En la Biblia, Dios en su rol de Creador y Gobernador de este universo, quien rige los asuntos del hombre y controla la naturaleza, es conocido como Elohim.
Comenzando por el corazón del Gran Sol Central, esta Jerarquía se manifiesta como el factor que reduce la intensidad de las energías de Alfa y Omega, del OM sagrado, del YO SOY ESE YO SOY. En este punto central, que constituye el ardiente punto central de toda la Creación.
Provenientes del Gran Sol Central, los Elohim han ganado el derecho a través de la concentración de la energía, de la elevación de la conciencia y de la comprensión de Dios, de ser los transformadores que reducen la intensidad de la Luz. Ellos reducen la intensidad del Fuego Sagrado para entregarlo a las evoluciones inferiores. Estas evoluciones inferiores no han pasado aún las iniciaciones que se requieren para contener tal concentración de Luz.
LA GRAN HERMANDAD BLANCA
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