La Conciencia Celular es una técnica que, con la guía de
seres angélicos, utiliza el testeo muscular como herramienta de comunicación
con la conciencia celular o conciencia corporal.
Partiendo de la concepción de que el ser humano es un holograma de la totalidad, podemos comprender que todo está en nosotros, así como nosotros estamos en todo. Por lo tanto toda la información de la totalidad está en nosotros. Sin embargo aunque tratemos de alcanzarla, no tenemos acceso conciente a ella desde el pensamiento.
El pensamiento es un enorme logro evolutivo del ser humano. Sin embargo todavía tiene limitaciones, sobre todo porque está condicionado por los sistemas de creencias individuales y también sociales. Las células, o si prefieren el cuerpo, tienen un nivel de conciencia sin pensamiento, un nivel donde no hay juicio ni análisis y el acceso a la información es directo y fluido.
En una sesión de Conciencia Celular, buscamos que el consultante logre recuperar el equilibrio en algún tema de su vida que siente que está desarmonizado. Trabajamos con el tema expresándolo en forma de meta, la cual al finalizar la sesión se habrá instalado como una nueva red neuronal en el cerebro, lista para ser transitada. El cuerpo nos proporciona la información precisa de dónde están los bloqueos que están impidiendo ese equilibrio y qué es necesario hacer para reequilibrarlo.
Lo que aparece es muy variado. A veces es necesario tratar con la causa original que causó el bloqueo en el pasado, que puede estar en esta vida, remontarse a anteriores experiencias del alma o a temas no resueltos por algún antepasado. Otras veces el trabajo es con las emociones en el aquí y ahora, o con bloqueos energéticos en el sistema de meridianos o surge por ejemplo la necesidad de reconexión de ciertas áreas cerebrales.
Para reequilibrar utilizamos movimiento, visualizaciones, toque de puntos energéticos, los 72 nombres de Dios, música y mucho más.
Partiendo de la concepción de que el ser humano es un holograma de la totalidad, podemos comprender que todo está en nosotros, así como nosotros estamos en todo. Por lo tanto toda la información de la totalidad está en nosotros. Sin embargo aunque tratemos de alcanzarla, no tenemos acceso conciente a ella desde el pensamiento.
El pensamiento es un enorme logro evolutivo del ser humano. Sin embargo todavía tiene limitaciones, sobre todo porque está condicionado por los sistemas de creencias individuales y también sociales. Las células, o si prefieren el cuerpo, tienen un nivel de conciencia sin pensamiento, un nivel donde no hay juicio ni análisis y el acceso a la información es directo y fluido.
En una sesión de Conciencia Celular, buscamos que el consultante logre recuperar el equilibrio en algún tema de su vida que siente que está desarmonizado. Trabajamos con el tema expresándolo en forma de meta, la cual al finalizar la sesión se habrá instalado como una nueva red neuronal en el cerebro, lista para ser transitada. El cuerpo nos proporciona la información precisa de dónde están los bloqueos que están impidiendo ese equilibrio y qué es necesario hacer para reequilibrarlo.
Lo que aparece es muy variado. A veces es necesario tratar con la causa original que causó el bloqueo en el pasado, que puede estar en esta vida, remontarse a anteriores experiencias del alma o a temas no resueltos por algún antepasado. Otras veces el trabajo es con las emociones en el aquí y ahora, o con bloqueos energéticos en el sistema de meridianos o surge por ejemplo la necesidad de reconexión de ciertas áreas cerebrales.
Para reequilibrar utilizamos movimiento, visualizaciones, toque de puntos energéticos, los 72 nombres de Dios, música y mucho más.
