martes, 24 de abril de 2012

EL TRIBUNAL KARMICO




Es una Junta Kármica compuesta por varios Maestros Ascendidos de la Hermandad Blanca, que realizan esta labor con gran amor y misericordia. Las personas que han pasado de plano tienen que comparecer dos veces ante ese Tribunal: la primera, poco después de desencarnar, para que su vida sea evaluada; la segunda, poco antes de nacer de nuevo, para que le sean asignadas las condiciones del próximo vivir y el karma que ha de llevar.


Nadie está obligado a presentarse ante la Junta Kármica, pues se trata de un acato voluntario; pero cada uno es llamado por un mensajero y puede aceptar o rechazar la citación. Si no la acepta, no podrá nacer en el Plano Físico y se verá privado de esa oportunidad de progreso, hasta que él mismo decida someterse a las condiciones requeridas.


El nacer en la Tierra, es un privilegio especial que no todos alcanzan cuando quieren. A pesar de ser tan difíciles y dolorosas las experiencias, justamente por eso, ofrecen grandes oportunidades de avance, pues es en la lucha como se progresa y avanza.


El Tribunal Karmático nunca castiga ni condena, sino que allí cada uno recibe lo que merece por justicia y según sus actos. Se trata de un juicio con testigos y sentencia; aunque muy superior a los juicios que tienen lugar en la Tierra. Antes de la sentencia, que nunca es condenatoria, muchas almas sufren al ver lo que pudieron hacer y no hicieron; también, por los errores cometidos.


Después del Primer Juicio, cada ser es llevado al Subplano del Astral que le corresponde y allí pasa algún tiempo hasta que, de nuevo, vuelve a nacer.


El Segundo Juicio se presenta como preparación para reencarnar y concede una nueva oportunidad que permite corregir los errores cometidos, lo mismo que ganar méritos.


Antes de volver al mundo terrenal, se escoge la raza, el país, la familia, el ambiente. El Tribunal considera cuidadosamente el Karma pendiente y asigna una parte de él con justicia y misericordia. Nunca se da más Karma del que sea posible soportar, ni siquiera cuando el interesado lo pide con objeto de avanzar más rápido y salir más pronto de su deuda con la vida.


Los Mensajeros que hacen la citación son seres de mucho amor. El primero que llega va vestido con una túnica color violeta, lleva sobre el pecho la balanza de la Justicia en perfecto equilibrio, a manera de emblema, y cubre su cabeza con una corona de siete puntas. Entrega un pergamino enrollado con la invitación para presentarse ante la Junta Kármica. El Segundo Mensajero avisa del próximo nacimiento y comparece bastante tiempo después. Va vestido de azul claro. Cita, otra vez, ante la Junta Kármica con objeto de que sean asignadas las condiciones de la nueva vida terrena que corresponden al nacer.


El Tribunal Karmático escoge a los seres que van a reencarnar por todo un año. Se prefiere, primero, a los que lo desean, después, a aquello que, durante su estancia en el Plano Astral, han expiado bastante Karma del que tienen pendiente para ser transmutado.


El cuerpo físico es cuidadosamente seleccionado, según un patrón etérico, copia del cual será. A cada ser, se le asigna el cuerpo que ha merecido. Esto depende de cómo cuidara el cuerpo que tuvo en vida y también se debe a ciertas deudas o violaciones karmáticas.


Después del Primer Juicio, viene un trabajo de purificación y expiación para mejorar. La entrada a los Templos del Rayo Violeta es voluntaria y en ellos se realiza la limpieza de bastante imperfección acumulada en los cuerpos inferiores de cada ser humano.


Las oraciones pueden ayudar mucho. Si encomendamos bien la persona que ha pasado de Plano a los Seres de Luz, a los Maestros Ascendidos, será asistida y su situación mejorará bastante, porque "Como es Abajo, es Arriba". También, allí se puede interceder por otros, lo mismo que sucede en este Plano Terreno. Los seres de Luz tomarán a su cuidado al desencarnado, responderán por él ante el Tribunal Karmático y lo protegerán.