jueves, 15 de marzo de 2012
CUANDO UNO DECRETA
Cuando nos iniciamos en éste camino espiritual, empezamos a conocer una serie de términos que en muchas ocasiones no entendemos muy bien, es por ésta razón que he sentido que debo empezar a aclararles algunos de éstos términos, que la metafísica nos enseña. Para ello he tomado como referencia un libro con las instrucciones de la Hermandad Blanca y con el permiso de los maestros comenzaremos con la palabra “Decreto”.
Mucha gente no tiene ni idea de lo que en realidad significa “decretar” y creen que éste es un término de la Nueva Era que es sinónimo de “rezar”, pero el “decretar” no tiene nada que ver con eso.
Cuando uno decreta algo, lo está haciendo con autoridad sobre si mismo y sobre su propio mundo. Debemos tener en cuenta de que por ser hijos de Dios tenemos sus mismos poderes, y por lo tanto somos creadores. Esto significa que nosotros mismos decidimos que es lo que actúa en nuestro propio mundo. Esto siempre ha sido así , siempre hemos visto pasar en nuestra vida lo que ha estado en nuestra conciencia, o sea, en nuestros pensamientos y sentimientos, solamente que no lo sabíamos y entonces cuando nos pasaba algo creíamos que era Dios quien nos estaba castigando por algo o premiando por “nuestro buen comportamiento”, pero ahora sabemos que Dios no es un Ser caprichoso e implacable que dirige a su antojo nuestra vida, sino que somos nosotros mismos quienes forjamos día a día nuestro destino con nuestras actitudes hacia los demás y con nuestros pensamientos y sentimientos y, que por Ley de causa y efecto, se nos devuelven multiplicados.
Entonces, al estar consciente de este hecho, es que podemos decidir decretar para nuestro mundo solo la perfección, que es nuestra única Verdad y dejar todo lo negativo fuera.
El uso repetido de una afirmación es un proceso que progresivamente se irá imprimiendo en tu mente y simultáneamente irá borrando el antiguo patrón de pensamiento negativo, produciendo con firmeza y solidez los cambios deseados en tu vida… ¡haciendolos acción constante! dejando de ser limitación a tu proceder en la vida.La metafísica dice: “todo pensamiento negativo es un ataque a Dios” (Recordemos que Dios está en mi…yo soy su imagen y semejanza) y sugiere llevar a cabo el proceso de “deshacer y rehacer” (siento que en este detalle radica nuestro proceso de evolución…somos acción constante, movimiento, cambio)
Lección 112
Lección 112: Por la mañana y por la noche:
"La luz, la dicha y la paz moran en mí"
"Soy la morada de la luz, la dicha y la paz. Les doy la bienvenida a la morada que comparto con Dios porque formo parte de Él."
"Soy tal como Dios me creó. "
"He de ser eternamente como siempre he sido, al haber sido creado por el Inmutable a Su Semejanza. Y soy uno con Él, así como Él es uno conmigo".
A la hora en punto: "La luz, la dicha y la paz moran en mí"
Media hora más tarde: "Soy tal como Dios me creó. "
"La luz, la dicha y la paz moran en mí"
"Soy la morada de la luz, la dicha y la paz. Les doy la bienvenida a la morada que comparto con Dios porque formo parte de Él."
"Soy tal como Dios me creó. "
"He de ser eternamente como siempre he sido, al haber sido creado por el Inmutable a Su Semejanza. Y soy uno con Él, así como Él es uno conmigo".
A la hora en punto: "La luz, la dicha y la paz moran en mí"
Media hora más tarde: "Soy tal como Dios me creó. "
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Un Curso de Milagros
Ángel HABUHIAH
jueves, 15 de mar de 2012
Descripción
La
energía que debemos utilizar el 15 de marzo se llama Habuhiah y lleva
el número 68
Si empiezas a sentir una fuerte apetencia por lo natural, por los
espacios libres, por la naturaleza pero careces de la posibilidad de
trasladarte o de viajar hacia ella, te queda otra opción, la de crear
esos lugares a tu alrededor, inventando un espacio abierto y poblándolo
de ideas, de sentimientos, de conceptos que sean conformes a los nuevos
parámetros bajo los cuales te estás moviendo.
Pero para tener éxito
necesitas un ingrediente imprescindible sin el que nada se puede
construir: la paciencia.
Plegaria
HABUHIAH: Dios que da con liberalidad.
Load al Eterno, porque Él es bondad y su misericordia es para siempre
jamás.
HABUHIAH, Haz que mi fe sea fecunda
y que pueda con ella mover montañas.
Haz que tu luz, acumulada en mi interior,
sea tan intensa,
que pueda restablecer con ella la salud de los enfermos.
Haz que las tentaciones que la vida me depare
sirvan para fortalecerme
y adquirir una más alta conciencia.
Señor HABUHIAH, dame fuerzas para ir más allá;
dame valor para afrontar el peligro;
dame tu luz para vencer mi oscuridad.
Llévame con mano firme
a los dominios de la verdad y la trascendencia.
Hazme habitante de ese mundo en el que ha desaparecido la duda.
Permite ¡Oh Señor HABUHIAH!
que sea para los demás una fuente de salud y alegría.
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72 Ángeles de la Cabala
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