Hay una historia sobre un hombre que tenía un yerno, un increíble
erudito de la espiritualidad a quien la gente reverenciaba como un alma
elevada y como un ser humano justo.
Una semana, este erudito se estaba quedando junto a su esposa y a su
bebé pequeño en casa de su suegro. En la mitad de la noche, el bebé
comenzó a llorar con todas sus fuerzas y el suegro bajó corriendo las
escaleras para estar con él. Mientras el anciano caminaba hacia el
cuarto del niño, pasó al lado de su yerno quien parecía completamente
ajeno al llanto del infante.
“¿Por qué no fuiste a atender al bebé?”. preguntó el suegro.
“Bueno”, dijo el joven, “estoy estudiando ahora y estoy en el medio de una importante conexión. Iré en pocos minutos”.
Su suegro de detuvo un momento. Luego, calmado pero contundentemente, le
dijo: “si tu estudio te consume tanto como para que no puedas escuchar
el llanto de un niño, entonces no vale de nada”.
¿Cuál es el punto de esta historia? Bueno, a menudo nos encontramos en
una posición en la que hacemos excusas para nuestras acciones. Estamos
muy ocupados. Estamos muy involucrados con nuestro propio trabajo,
nuestro propio interés, nuestros propios problemas. Pero la verdad es
que si lo que hacemos en términos de estudio, en términos de nuestras
personalidades, en término del menor detalle de nuestras vidas, nos
impide estar presentes para los otros, entonces necesitamos revisarnos y
examinar nuestras prioridades. Muchas veces nos llenamos con nuestro
ego y nuestra posición en la vida en vez de llenarnos con Luz y energía.
Todos tenemos ego (de hecho, si no tuviéramos ego, no estaríamos vivos)
pero es este tipo de ego en particular el que hace la diferencia entre
llenarnos con energía positiva, la cual es Luz, y llenarnos a nosotros
mismos con nosotros mismos.
Lo que podemos aprender a partir de esta historia del joven erudito y su
suegro es esto: Sí, es verdad, tenemos cosas que debemos hacer. Estamos
todos ocupados con nuestras propias vidas. Estamos ocupados con
nuestros negocios, nuestros propios lugares. Tenemos obligaciones y
responsabilidades que son importantes, no me malinterpretes. Estudiar y
aprender es crucial para nuestro crecimiento espiritual, y cada uno de
nosotros ciertamente tiene un trabajo que hacer en este mundo. Sin
embargo, si nos volvemos tan ocupados que bloqueamos las cosas y a las
personas a nuestro alrededor a las que podemos ayudar, por las cuales
podemos hacer algo, entonces tal vez necesitamos reevaluar lo que
estamos haciendo y colocarlo en perspectiva.
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Karen Berg
viernes, 13 de abril de 2012
MUDRA ABHAYA
ABHAYA
Este es uno de los mudras más espirituales que existen, y tiene aplicaciones sobre el espíritu y nuestra psique.
Muchos dioses y gurús orientales aparecen en estatuas y fotografías con esta posición. También en el cristianismo podemos encontrarla en algunas representaciones de Jesús o de algún Santo.
Propiedades
Cuando necesitamos sentirnos protegidos y esperanzados de que podremos superar cualquier obstáculo que se nos presente, este mudra nos puede ayudar.
Hay momentos en nuestra vida en los que sentimos una especial vulnerabilidad y desprotección. Muchas personas, en esos momentos, deciden recurrir a la divinidad con oraciones y ruegos para que les ayuden. Este mudra actúa como una de esas oraciones aliviando nuestros miedos más profundos y conflictos más internos. Es la luz en el oscuro túnel.
Ese miedo se ve sustituido por una esperanza en el triunfo final y la confianza que más necesitamos para abordar los problemas a los que nos enfrentamos.
Ejecución
El mudra lo debe realizar la mano derecha tal y como se indica en la foto. Con la palma de la mano hacia afuera, con los dedos algo separados y sin forzar la mano doblando ligeramente los dedos como si descansasen de forma natural.
La mano izquierda descansa sobre el corazón.
Te recomendamos que lo acompañes con cualquier tipo de meditación sobre la protección, y como superar los miedos, las angustias, las dudas...
Este es uno de los mudras más espirituales que existen, y tiene aplicaciones sobre el espíritu y nuestra psique.
Muchos dioses y gurús orientales aparecen en estatuas y fotografías con esta posición. También en el cristianismo podemos encontrarla en algunas representaciones de Jesús o de algún Santo.
Propiedades
Cuando necesitamos sentirnos protegidos y esperanzados de que podremos superar cualquier obstáculo que se nos presente, este mudra nos puede ayudar.
Hay momentos en nuestra vida en los que sentimos una especial vulnerabilidad y desprotección. Muchas personas, en esos momentos, deciden recurrir a la divinidad con oraciones y ruegos para que les ayuden. Este mudra actúa como una de esas oraciones aliviando nuestros miedos más profundos y conflictos más internos. Es la luz en el oscuro túnel.
Ese miedo se ve sustituido por una esperanza en el triunfo final y la confianza que más necesitamos para abordar los problemas a los que nos enfrentamos.
Ejecución
El mudra lo debe realizar la mano derecha tal y como se indica en la foto. Con la palma de la mano hacia afuera, con los dedos algo separados y sin forzar la mano doblando ligeramente los dedos como si descansasen de forma natural.
La mano izquierda descansa sobre el corazón.
Te recomendamos que lo acompañes con cualquier tipo de meditación sobre la protección, y como superar los miedos, las angustias, las dudas...
Lección 136
"La enfermedad es una defensa contra la verdad."
Nadie puede sanar a menos que comprenda que el propósito de la enfermedad no tiene sentido, por tanto es imposible que exista. La enfermedad no es un accidente; al igual que toda defensa, es un mecanismo de auto-engaño, para ocultar la realidad. Las defensas no son involuntarias ni inconscientes; surgen cuando la verdad parece amenazar lo que preferís creer. ¿Quién sino uno decide creer que existe una amenaza, que es necesario escapar, y por ello se arma de defensas contra la amenaza que juzga como real? Pero uno olvida rápidamente su papel en la fabricación de su realidad. Reconocer nuestro papel, recordando lo que olvidamos, implica reconsiderar la decisión que creó la enfermedad.
Las defensas toman fragmentos de la totalidad para tejer ilusiones y es este proceso lo que produce sensación de amenaza. Te identificas con el cuerpo, que puede hacerte sufrir y sentir dolor, y así el cuerpo es más fuerte que la verdad: que sos algo más que un puñado de polvo. Pero Dios y sus leyes permanecen inmutable ante las leyes en las que creés: las defensas son planes para derrotar lo que no puede ser atacado: lo inalterable no puede cambiar, y lo impecable no puede pecar. Esta es la verdad. Sólo desea brindarte felicidad, porque ese es su propósito. La verdad se puede encontrar en cualquier momento, sólo con que decidas darle la bienvenida.
Sesiones largas: En 2 ocasiones, dedicaremos 15 minutos a pedirle a la verdad que venga y nos libere. Vendrá, porque nunca estuvo separada de nosotros: sólo espera nuestra invitación. Introduciendo una invitación a la curación, decí: "La enfermedad es una defensa contra la verdad. Aceptaré la verdad de lo que soy, y dejaré que mi mente sane hoy completamente".La curación vendrá a medida que la paz y la verdad reemplacen la contienda e imaginaciones vanas. El cuerpo sana porque la fuente de la enfermedad, la mente, está dispuesta a recibir alivio. Esto elimina los límites que habías impuesto al cuerpo, el que tendrá suficiente fuerza para todo lo útil.
Sesiones cortas: Permanecé alerta: si permitís que tu mente tenga pensamientos de ataque, o juzgue o trace planes, te habrás vuelto a extraviar. Remedialo de inmediato, diciendo: "Olvidé lo que realmente soy, pues me confundí a mí mismo con mi cuerpo. La enfermedad es una defensa contra la verdad, mas yo no soy un cuerpo, y mi mente es incapaz de atacar. Por lo tanto, no puedo estar enfermo".
Nadie puede sanar a menos que comprenda que el propósito de la enfermedad no tiene sentido, por tanto es imposible que exista. La enfermedad no es un accidente; al igual que toda defensa, es un mecanismo de auto-engaño, para ocultar la realidad. Las defensas no son involuntarias ni inconscientes; surgen cuando la verdad parece amenazar lo que preferís creer. ¿Quién sino uno decide creer que existe una amenaza, que es necesario escapar, y por ello se arma de defensas contra la amenaza que juzga como real? Pero uno olvida rápidamente su papel en la fabricación de su realidad. Reconocer nuestro papel, recordando lo que olvidamos, implica reconsiderar la decisión que creó la enfermedad.
Las defensas toman fragmentos de la totalidad para tejer ilusiones y es este proceso lo que produce sensación de amenaza. Te identificas con el cuerpo, que puede hacerte sufrir y sentir dolor, y así el cuerpo es más fuerte que la verdad: que sos algo más que un puñado de polvo. Pero Dios y sus leyes permanecen inmutable ante las leyes en las que creés: las defensas son planes para derrotar lo que no puede ser atacado: lo inalterable no puede cambiar, y lo impecable no puede pecar. Esta es la verdad. Sólo desea brindarte felicidad, porque ese es su propósito. La verdad se puede encontrar en cualquier momento, sólo con que decidas darle la bienvenida.
Sesiones largas: En 2 ocasiones, dedicaremos 15 minutos a pedirle a la verdad que venga y nos libere. Vendrá, porque nunca estuvo separada de nosotros: sólo espera nuestra invitación. Introduciendo una invitación a la curación, decí: "La enfermedad es una defensa contra la verdad. Aceptaré la verdad de lo que soy, y dejaré que mi mente sane hoy completamente".La curación vendrá a medida que la paz y la verdad reemplacen la contienda e imaginaciones vanas. El cuerpo sana porque la fuente de la enfermedad, la mente, está dispuesta a recibir alivio. Esto elimina los límites que habías impuesto al cuerpo, el que tendrá suficiente fuerza para todo lo útil.
Sesiones cortas: Permanecé alerta: si permitís que tu mente tenga pensamientos de ataque, o juzgue o trace planes, te habrás vuelto a extraviar. Remedialo de inmediato, diciendo: "Olvidé lo que realmente soy, pues me confundí a mí mismo con mi cuerpo. La enfermedad es una defensa contra la verdad, mas yo no soy un cuerpo, y mi mente es incapaz de atacar. Por lo tanto, no puedo estar enfermo".
Etiquetas:
Un Curso de Milagros
Ángel HAHEUIAH
viernes, 13 de abr de 2012
Descripción
La
energía que debemos utilizar el 13 de abril se llama Haheuiah y lleva
el número 24.
Hoy es fácil que aparezcan en tu vida una o varias personas dispuestas a
ayudarte, aunque sin tener en cuenta si lo has solicitado.
Es posible
que tu primera reacción sea negativa, que pienses que de algún modo
están invadiendo tu territorio y que sientas una fuerte inclinación a
echarlos de tu lado.
Pero si superas ese primer impulso, te darás cuenta
de lo agradable que resulta tener cerca, de vez en cuando, a alguien
que te mima y que se preocupa por tus necesidades.
Plegaria:
HAHEUIAH : Dios bueno por sí mismo.
El ojo del Eterno está sobre quienes esperan de su bondad.
HAHEUIAH : Señor, tómame bajo tu custodia,
s
é mi instructor, sé mi guía,
porque sin ti todo se confabulará para extraviarme en mi camino.
Me has construido de tal modo,
Señor,
que me pierdo en el dédalo de mis sueños,
y para petrificar esos sueños humanos,
puedo atentar contra los seres y contra las leyes de la vida.
¡Tómame bajo tu custodia,
Señor : sé mi instructor y mi guía!
Si te pido protección,
nunca será para que me evites el castigo
que mis acciones puedan merecer,
sino para que me conduzcas sin sobresaltos
a esa mansión donde la luz es una fuerza estabilizada
que puede captar la mente.
Desde allí comprenderé el mundo,
me comprenderé a mí y a ti
y entonces podré ser una piedra angular de tu Obra.
¡Tómame bajo tu custodia,
Señor : sé mi instructor y mi guía!
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72 Ángeles de la Cabala
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