Traducido por Tahíta de la web del Autor
Nadie va a estar en desacuerdo en que la vida trae desafíos, pero demos un paso atrás por un momento y hagamos la pregunta más profunda, que es... ¿Por qué la vida es tan difícil?
Nadie va a estar en desacuerdo en que la vida trae desafíos, pero demos un paso atrás por un momento y hagamos la pregunta más profunda, que es... ¿Por qué la vida es tan difícil?
No importa cuáles son las ventajas que consigamos con el
dinero, la inteligencia, una personalidad atractiva o buenas relaciones
sociales: ninguno de ellos proporciona una llave mágica a una existencia fácil.
De alguna manera la Vida se las arregla para traer
difíciles problemas, causantes de indecibles sufrimientos y luchas. ¿Hay una
razón para esto, o la vida no es más que una serie aleatoria de acontecimientos
que nos mantiene fuera de balance y apenas somos capaces de hacerles frente?
La espiritualidad comienza con una respuesta decisiva a
esa pregunta. Se dice que en la vida no existe el azar. Hay un patrón y un
propósito dentro de cada existencia. La razón por la que se presentan los
desafíos es simple: para que estemos más conscientes de nuestro propósito
interno. Si la respuesta espiritual está en lo cierto, debe haber una
solución espiritual para cada problema, y allí está. La respuesta no está en el
nivel del problema, a pesar de que la mayoría de la gente centra todas
sus energías en ese nivel. La solución espiritual está más allá. Cuando
puedes llevar tu conciencia fuera del lugar donde la lucha está siempre
presente, ocurren dos cosas al mismo tiempo: tu conciencia se expande, y con
ello, nuevas respuestas comienzan a aparecer.
Cuando la conciencia se expande, los acontecimientos que
parecen aleatorios en realidad no lo son. Un propósito mayor está tratando de
desplegarse a través de ti. Cuando te das cuenta de él, que es único para cada
persona, te vuelves como un arquitecto al que se ha entregado un plano. En
lugar de colocar ladrillos y tuberías de ajuste al azar, el arquitecto puede
ahora proceder con la confianza de que él sabe cómo tiene que quedar el
edificio y cómo construirlo.
El primer paso en este proceso es reconocer cuál es el
nivel de conciencia en el que estás trabajando ahora mismo . Cada vez que un
desafío viene a tu camino, ya sea que se trate de relaciones,
trabajo, transiciones personales, o una crisis que exige acción, hay tres
niveles de conciencia. Concientízate de ellos, y darás un gran paso
hacia la búsqueda de una mejor respuesta.
Nivel 1: Consciencia Contraída: Este es el nivel
del problema, por lo que inmediatamente llama tu atención. Algo ha salido mal.
Las expectativas se han venido abajo. Te enfrentas a obstáculos que no deseas
“mover”. A medida que aumenta la resistencia, la situación sigue sin mejorar.
Si examinas el nivel del problema, los siguientes elementos están generalmente
presentes: Tus deseos se ven frustrados. Quieres algo pero una parte de ti se
opone. Te sientes como si cada paso fuera una batalla. Sigues haciendo
más y más esfuerzo en otra área. Hay una ansiedad subyacente y miedo al
fracaso. Tu mente no está clara. Hay confusión y el conflicto interno. A medida
que crece la frustración, tu energía se agota. Te sientes cada vez más agotado.
Se pude decir que estás atascado en el nivel de consciencia contraída( lo
contrario a expandida) por una prueba simple: cuanto más te esfuerzas por
liberarte de un problema, más te quedas atrapado en él.
Nivel 2: Conciencia expandida- Este es el
nivel en que las soluciones comienzan a aparecer. Tu visión se extiende más
allá del conflicto, lo que te da más claridad. Para la mayoría de la gente este
nivel no está disponible de inmediato, ya que su primera reacción ante una
crisis es contraerse. Se ponen a la defensiva, cautelosos y temerosos.
Pero si te permites expandirte, encontrarás que: la necesidad de luchar
comienza a disminuir y comienzas a dejar ir. Más personas se conectan contigo.
Les permites la entrada. Llegas a decisiones con confianza. Te encuentras con
un temor realista que comienza a disminuir. Con una visión más clara, ya no te
sientes confundido y en conflicto. Se puede decir que has llegado a un nivel de
conciencia en al que ya no te sientes apegado: un proceso ha comenzado. Con una
mayor expansión, las fuerzas invisibles vienen en tu ayuda. Te mueves hacia
adelante de acuerdo con lo que deseas en tu vida.
Nivel 3: Conciencia Pura- Este es el nivel en
el que no existe ningún problema. Cada desafío es una oportunidad creativa. Te
sientes completamente alineado con las fuerzas de la naturaleza. Lo que hace
esto posible es que la conciencia puede expandirse sin límites. Aunque pueda
parecer que lleva una larga experiencia en el camino espiritual alcanzar la
conciencia pura, la verdad es exactamente lo contrario. En todo momento la
conciencia pura se encuentra en contacto contigo, enviándote impulsos
creativos. Todo lo que importa es el grado de apertura a las respuestas
que se presentan. Cuando está completamente abierta: No hay lucha. Los deseos
son satisfechos espontáneamente. De allí en más deseas solo lo mejor que te
pudiera pasar.Te beneficias y beneficias a tu entorno. El mundo exterior
refleja lo que está sucediendo en tu mundo interior. Te sientes completamente seguro.
Te sientes en el Universo como en tu casa. Te ves a tí mismo y al mundo
con compasión y comprensión. Estar completamente establecido en la conciencia
pura es iluminación, un estado de unidad con todo lo que existe.
En última instancia, cada vida se está moviendo en esa
dirección. Sin haber alcanzado aún la meta final, se puede decir que estás en
contacto con la conciencia pura y te sientes verdaderamente a ti mismo,
en un estado de paz y libertad.
Cada uno de estos niveles lleva su propio tipo de experiencia.
Esto se puede ver fácilmente cuando hay un fuerte contraste o un cambio
repentino. El amor a primera vista lleva a una persona sin previo aviso de la
conciencia contraída a la conciencia expandida. En lugar de relacionarse de la
forma social normal, de repente ves todo atractivo, incluso perfecto, en otra
persona.
En el trabajo creativo surge espontáneamente el
"¡Ajá!". En lugar de luchar con una imaginación bloqueada, de pronto
la respuesta se presenta, fresca y nueva. Nadie duda de que existen tales
epifanías. Ellas pueden cambiarte la vida, tanto como la llamada
“experiencia cumbre” en las que la realidad se inunda de luz y surge una
revelación.
Lo que la gente no ve es que la conciencia expandida
debería ser nuestro estado normal, no un momento extraordinariamente
diferente. Lo que es normal es el punto central de la vida espiritual.
Al escuchar a la gente contar sus historias sobre
problemas, obstáculos, fracaso y frustración - una existencia atrapada en
la consciencia contraída (no expandida)… notamos que llegar a una nueva visión
es crítico (urgente). Es muy fácil perderse en los detalles. Las dificultades
al enfrentar cada desafío son a menudo abrumadoras. No importa cuán
intensamente sientas que es tu situación, que tiene sus propias dificultades,
si miras ya a la derecha ya a la izquierda, podrás ver a otros que están tan
atrapados como tú en sus situaciones.
Pela los detalles, y lo que queda es la causa general del
sufrimiento: la falta de consciencia. Por falta yo no estoy hablando de fracaso
personal. A menos que se aprendas a expandir su conciencia, no tienes más
remedio que experimentar el estado de contracción. Así como el cuerpo se
estremece ante el dolor físico, la mente tiene un reflejo que le hace
retroceder cuando se enfrenta con el dolor mental.
Una vez más, un momento de contraste repentino hace que
sea más fácil experimentar lo que se siente como contracción. Imagínate a ti
mismo en cualquiera de las siguientes situaciones: eres una joven madre que ha
dejado a su hijo en el patio de recreo. Charlas un momento con otra
madre, y cuando te das la vuelta, no puedes ver a tu hijo. En el trabajo estás
sentado en tu computadora cuando alguien menciona casualmente que va a haber
despidos, y por cierto, el jefe quiere verte. Abres tu buzón y encuentras una
carta del Servicio de Impuestos Internos. Conduciendo, te acercas a una
intersección cuando, de repente, un coche detrás de tuyo se desvía por delante
de tu coche y se pasa una luz roja. Entras en un restaurante y ves a tu cónyuge
con alguien atractivo inclinado uno sobre el otro y susurrándose... No se
necesita mucha imaginación para sentir el repentino cambio de conciencia
que estas situaciones provocan. El pánico, la ansiedad, la ira, y la
aprehensión inundan tu mente, produciendo cambios en el cerebro. Como el
cerebro inferior tiene prioridad sobre el cerebro superior, provocan
liberación de adrenalina, como parte de una serie de respuestas físicas
conocidas como: respuesta al estrés.
Cualquier sentimiento es tanto mental como físico. El
cerebro da una representación exacta de lo que la mente está experimentando, a
partir de infinitas combinaciones de señales electroquímicas que cursan a
través de cien mil millones de neuronas. Lo que no puede verse en una
resonancia magnética es el suceso mental que incita a todos estos cambios, ya
que la mente funciona en un nivel invisible de conocimiento o
consciencia. Podemos tomar estos dos términos como sinónimos, pero vamos a
explorar un poco. ofertas La Espiritualidad se ocupa de tu estado de
conciencia. No es la mismo que la medicina o la psicoterapia. La Medicina se
ocupa del aspecto físico en el que se producen cambios corporales. La
psicoterapia se ocupa de una dificultad específica, como la ansiedad, la
depresión o enfermedad mental real. La espiritualidad se refiere directamente a
la consciencia, aspira a producir una conciencia superior. En
nuestra sociedad, esto es visto como una manera mucho menos real de enfocar los
problemas.
En tiempos difíciles, las personas afrontan lo mejor que
pueden remolinos de confusión de miedo, lucha, ira, cambios de humor,
cotidianamente. Ni siquiera se les ocurre vincular las dos palabras
“espiritual” y “solución” en la misma frase.
Esto apunta a una visión limitada acerca de lo que la
espiritualidad es en realidad, y lo que puede hacer.
Del libro Soluciones Espirituales: Respuestas a las más grandes retos de la vidade Deepak Chopra-
Del libro Soluciones Espirituales: Respuestas a las más grandes retos de la vidade Deepak Chopra-
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