Descripción
La
energía que debemos utilizar el 11 de abril se llama Yeiayel y lleva el
número 22.
Parece que es fácil que se te presenten las circunstancias propicias
para realizar un descubrimiento, algo sorprendente.
Pero va a tratarse
de un hallazgo personal, una chispa que puede hacer que veas la vida de
una forma distinta y por lo tanto que tu comportamiento también varíe.
Pero debes prestar atención porque puede ser difícil de detectar a
primera vista ya que se tratará de algo relacionado con tu ser interno.
Si te despistas y sólo te preocupas de lo banal, se te podría escapar la
oportunidad.
Plegaria:
YEIAYEL: La derecha de Dios.
El Eterno es tu guardián.
El Eterno es tu sombra y tu mano derecha.
YEIAYEL: Me has dado, Señor,
conciencia
de la unidad de tu Reino y la visión de lo que será la vida
cuando las voces de los instintos
encuentren su ordenado silencio.
Permite, Señor, que ese conocimiento interno
pueda expresarse a través de mi comportamiento,
haz que tu idea se transforme en mí en músculo y sangre,
de manera que puedan hablar mis gestos
más alto y mejor que las palabras.
Y en ese viaje hacia tu esplendoroso futuro,
guárdame, Señor, del peligro del naufragio,
de esa catástrofe que acecha siempre al hombre
cuando su alma se desvincula del Eterno,
para adorar su personalidad pasajera y mortal.
Libérame, Señor, del error que cometió Narciso
y cuando me refleje en un espejo,
haz que mis ojos te descubran, en mi imagen, a ti.
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