"Dios es el Amor en el que perdono".
Dios no perdona, porque jamás ha
condenado. Para mí, el perdón es el medio por el cual reconoceré mi
inocencia, es el reflejo del Amor de Dios en la tierra; llevándome tan
cerca del Cielo que el Amor de Dios podrá tenderme la mano y elevarme
hasta Él.
"Dios es la fortaleza en la que confío." No es con mi
fortaleza con la que perdono, sino con la de Dios en mí, la cual
recuerdo al perdonar. Y empiezo a recordar al Amor que decidí olvidar,
pero que nunca se olvidó de mí.
"No hay nada que temer." ¡qué seguro
me parecerá el mundo cuando lo pueda ver! Todo en él me bendecirá;
reconoceré en todo al Amigo más querido. ¿qué puedo temer en un mundo
que he perdonado y que a su vez, me ha perdonado?
"La voz de Dios me
habla durante todo el día. " No hay un momento en que Su voz deje de
guiar mis actos y dirigir mis pensamientos. Me dirijo firmemente hacia
la verdad; no hay otro lugar adonde ir porque la voz de Dios es la guía
que se le dio a Su Hijo.
"El Amor de Dios es mi sustento." Cuando
escucho la voz de Dios, su Amor me sustenta. Cuando abro los ojos, su
Amor alumbra el mundo para que pueda verlo. Cuando perdono, su Amor me
recuerda que Su Hijo es impecable. Y cuando contemplo al mundo con su
visión, recuerdo que yo soy Su Hijo.
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