"Mi santidad bendice al mundo".
Hoy se requieren 4 sesiones de práctica de 3 a 5 minutos cada una, además de hacer aplicaciones cortas a lo largo del día.
Cerrá
los ojos, y repetí mentalmente la frase; luego abrí los ojos, y aplicá
la idea de hoy a lo que veas, durante un minuto ("mi santidad bendice
esa silla" etc); otra vez cerrá los ojos y aplicá la idea a cualquier
persona que te venga a la mente, usando su nombre: "mi santidad te
bendice, NN" La sesión debe concluír con una repetición de la frase con
ojos cerrados (1 vez) y luego con ojos abiertos (1 vez).
Los
ejercicios cortos consisten en repetir la idea de hoy tan a menudo como
puedas. Es muy útil aplicarla a todas las personas con las que te
encuentres, usando su nombre al hacerlo; y es esencial que lo hagas si
alguien parece causarte una reacción adversa.
Esta idea contiene los
primeros destellos de tu verdadera función en el mundo, la razón de que
estemos aquí. Nuestro propósito es ver al mundo a través de nuestra
santidad, para ser bendecidos junto con el mundo. Nos permite eliminar
la idea de sacrificio del mundo, y nuestra santidad es la salvación del
mundo, que es uno con nosotros. Nos permite enseñarle al mundo, sin
predicar ni decirle nada; sólo por medio de nuestro sereno
reconocimiento de que en nuestra santidad, todas las cosas son
bendecidas, junto con nosotros mismos.
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