La paz interior es crucial para ser feliz. Sin calma y serenidad, es imposible enfocarse en lo positivo de la vida. Por eso te traigo, las 4 Leyes Tibetanas para alcanzar la paz interior, estas leyes son:
PRIMERA LEY
Dedícate unos minutos al despertar, siente antes de levantarte que quieres hacer hoy, y recuerda durante esos minutos que hoy no harás ni dirás nada que no quieras hacer o decir. Intentarás ser lo más honesto posible contigo mismo. De esa forma te respetarás, te amarás, y los demás sentirán esa poderosa fuerza en ti y te responderán con la misma actitud. Considera tu tiempo, tus horas, tus minutos, tus días como algo sagrado, y revisa durante esos minutos antes de levantarte de la cama, en qué y con quién los vas emplear.
SEGUNDA LEY
Las palabras que piensas y que dices, son portadoras de emociones. De la misma manera que las afirmaciones y decretos no funcionan, por mucho que los repitas, a menos que sientas emociones positivas al hacerlas, tampoco las palabras que dices a lo largo del día están exentas del poder de la ley de la atracción. Todo lo que pienses, todo lo que digas, tanto si te lo dices a ti mismo, como lo que le digas a los demás, transmitirá información al Universo que te vendrá de vuelta. Aprende a hablar con el corazón. No seas negativo. No critiques. No juzgues. Sé optimista. Halaga a los demás. Sé amable. Procura el bien y multiplicado te vendrá de vuelta más bien.
TERCERA LEY
¿Trabajas en lo que te gusta? Según las leyes tibetanas de la paz interior, has de trabajar en algo que te apasione, porque de lo contrario, la insatisfacción que te produce un trabajo en el que estás a disgusto repercutirá en el resto de áreas de tu vida. Si tienes el valor de confiar en que cuando buscas tu bien, el Universo siempre te apoya, alcanzarás la valentía suficiente para emprender ese proyecto que tanto deseas. La vida respaldará tu fortaleza y confianza.
Concéntrate en el viaje de las nubes o en el paseo de una hormiga,eso también es meditar
CUARTA LEY
Concéntrate una vez al día en algo como tu respiración, una flor, el cielo, el viaje de las nubes, el borde de las montañas, el recorrido de una hormiga, elige lo que te apetezca en ese momento y aprende a mirarlo con amor divino, aprende a ver lo sagrado. Concentrarse durante unos minutos en una sola cosa, es meditar. La meditación tiene la hermosa capacidad de llevarse el miedo de tu corazón y transformar cualquier emoción negativa en serenidad y paz, impregnando tu vida de bienestar.
Almabrazos. Ruth Carrillo.
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