Como remedio contra los espíritus infernales que se han
desencadenado en el mundo actualmente , debemos invocar y buscar la ayuda de
Miguel Arcángel.
Mas que nunca en nuestra era actual necesitamos la ayuda
de Miguel en orden a mantenernos fieles en la Fe.
Como individuos, como naciones, estamos en gran batalla
espiritual. Es nuestro deber de amor usar todas las armas espirituales para
batallar con amor, fortaleza y astucia.
La maldad colectiva personificada en las guerras, el
terrorismo, y miles de acciones del mal, no hay palabras humanas que puedan
describir el horror que hay en Lucifer y en sus secuaces; y cómo sus
dardos están dirigidos a la destrucción del hombre. Su gran malicia, su
astucia, sus mentiras, sugerencias, sus insinuaciones y tormentos se
dirigen a la mente y al corazón humano.
El trata de aplastar toda obra buena, de destruirla, de
esconderla. Toda la malicia que su mente es capaz de poseer quiere inyectarla
en las almas. Contra estos ataques, Dios da la admirable protección del
Arcángel Miguel.
Miguel Arcángel manifestó su fortaleza y poder cuando
peleó la gran batalla en el cielo. Por su celo y fidelidad para con Dios
gran parte de la corte celestial se mantuvo en fidelidad y obediencia. Su
fortaleza inspiró valentía en los demás ángeles quienes se unieron a su grito
de nobleza: "¡¿Quién como Dios?!" Desde ese momento se le conoce como
el capitán de la milicia de Dios, el primer príncipe de la ciudad santa a quien
los demás ángeles obedecen.
Miguel Arcángel continua su ministerio Angélico en
relación a los hombres hasta que nos lleva a través de las puertas
celestiales. No solo durante la vida terrenal, Miguel Arcángel defiende y protege
nuestras almas, el nos asiste de manera especial a la hora de la muerte ya que
su oficio es recibir las almas de los elegidos al momento de separarse de
su cuerpo.
Su fiesta, junto con los arcángeles Gabriel y Rafael, se
celebra el 29 de septiembre
El Arcángel Miguel pertenece al Reino Angélico del Cielo
de la Forma. El nombre de Miguel se traduce del hebreo Mikael,
"Semejante a Dios"
Sus Dones para la tierra son:
Ayudarnos a mantenernos fuertes frente a la adversidad.
Resolver nuestra negatividad personal.
Encontrar fuerza cuando estamos solos o nos sentimos como
extraños.
Es el Arcángel que invocamos en nuestra batalla contra la
negatividad.
Nos ayuda a encontrar la luz de nuestro interior.
Históricamente, es el protector tanto de Israel como de
la Iglesia católica.
Es el santo patrón de los policías, los abogados, los
soldados y los niños pequeños, y vela también a peregrinos y extranjeros. Es el
guerrero ígneo, el Príncipe de los Ejércitos Celestiales, que combate por el
derecho y la justicia, y da guía a todos aquellos que se encuentran en
terribles apuros. Miguel es también el portador de la paciencia y la felicidad.
Se le asocia con el elemento fuego, y al punto cardinal
Sur, lo que simboliza la quema de lo transitorio, la transmutación, de modo que
sólo la luz pura y esencial pueda brillar. Miguel es considerado el más
grande de todos los ángeles en las religiones judía , cristiana e islámica. Se
le conoce bajo diversas denominaciones como:
El que guarda las Llaves del cielo.
Jefe de los Arcángeles,
Príncipe de la Presencia.
Ángel del Arrepentimiento, la Rectitud, la Misericordia y
la Santificación.
Príncipe Angélico de Israel.
Guardián de Jacob y Ángel de la zarza ardiente.
Es un incansable campeón del bien, y siempre apoya al
oprimido.
Miguel rige al luchador solitario, siempre esta dando una
mano para ayudar a aliviar las disputas y problemas.
Podemos orar a Miguel para que nos ayude a conquistar
nuestra negatividad.
Siempre que nos quedemos solos, él podrá asistirnos
elevando nuestro espíritu hacia una visión mas perdurable de la vida. El está
ahí para guiarnos y protegernos contra la injusticia, y para ayudar a abrirnos
a lo eterno y duradero.
Podemos pedirle que nos ayude en cualquier situación en
que nos sintamos abrumados o solos y necesitados de apoyo.
Y por sobre todos sus dones, el Principal y más poderoso
es:
La Justicia Divina.
"Oración A San Miguel Arcángel"
Glorioso Príncipe del Cielo,
divino Miguel Arcángel,
Primer ministro de Dios,
Amigo de Jesucristo,
Defensor de la fe y abogado de los hombres:
Tú que estás defendiendo todas las religiones,
tú que gobiernas en esta era del rayo azul,
que tanto favoreces a tus devotos.
Haz que yo sepa amar y servir,
protégeme de la injusticia,
ayúdame a amar a mis enemigos,
a fin de convertirlos en amigos.
Alcánzame del Señor lo que
te pido en este momento,(*)
para mayor honra y Gloria suya
y provecho de mi Alma.
(*) (Aquí, con la mayor confianza y devoción
que se pudiere, pedirá cada
uno la gracia que
se desea alcanzar en esta oración).
Amén
OTRAS ORACIONES
FORTÍSIMA PROTECCIÓN
DEL ARCÁNGEL SAN MIGUEL
¡ San Miguel delante,
San Miguel detrás,
San Miguel a la derecha,
San Miguel a la izquierda,
San Miguel arriba,
San Miguel abajo,
San Miguel, San Miguel,
dondequiera que voy !
¡ YO SOY su amor protegiendo aquí !
¡ YO SOY su amor protegiendo aquí !
¡ YO SOY su amor protegiendo aquí !
( repetir nueve veces )
ORACIÓN A MIGUEL ARCÁNGEL
¡Oh príncipe glorioso de la milicia celestial!
Miguel Arcángel.
Defiéndenos en la batalla que mantenemos
contra los príncipes y potestades,
contra los adalides y capitanes
de estas tinieblas del mundo,
contra los espíritus pestíferos
e inmundos que andan por el aire.
Ven, acude a socorrer a los hombres,
a quienes Dios creó inmortales
y los formó a su imagen y semejanza.
Lucha hoy, con tu ejercito de Santos Ángeles,
las batallas del Señor,
como peleaste un tiempo
contra el capitán de la soberbia, Lucifer,
y sus ángeles apostatas, y no prevalecieron,
ni quedo ya, para ellos lugar ninguno en el cielo.
Mas aquel dragón descomunal,
aquella serpiente que se llama diablo y Satanás,
anda engañando a la tierra y a sus ángeles con el.
Hete aquí que este antiguo enemigo
y homicida del genero humano,
se ha envalentonado extrañamente.
Transfigurándose en ángel de luz,
va cercando con toda la caterva de espíritus malignos,
y ocupa ya, toda la redondez de la tierra
para borrar de ella el nombre de Dios y de su Hijo,
y robar las almas creadas para la corona inmortal,
y despedazarlas y despeñarlas, en la eterna perdición.
Ea , pues, invictísimo Capitán,
ayuda al pueblo de Dios, contra el ejercito invasor
de los espíritus malvados y danos la victoria.
A ti veneramos por tu guarda y patrón,
a ti clamamos por defensor, contra los nefandos
poderíos de la tierra y del infierno,
a ti encomendamos las almas de los redimidos,
que han de tomar asiento, en la bienaventuranza soberana.
Ruego a ti, Miguel Arcángel, que quebrantes
a Satanás debajo de tus pies, a fin de que no pueda,
en adelante tener cautivos a los hombres.
Ofrece nuestras suplicas en el acatamiento del altísimo,
para que pronto nos salgan al encuentro,
las misericordias del señor y tu prendas al dragón,
a la serpiente antigua, que es el diablo en Satanás,
y atado lo arrojes al abismo
para que no engañe mas a la gente .
Y así, confiados en tu patrocinio y tutela
con la sagrada autoridad de vuestro ministerio,
vamos con toda confianza y seguridad,
a repeler las manifestaciones y engaños diabólicos,
en el nombre de nuestro Dios y Señor Jesucristo.
Venga Señor, tu misericordia sobre nosotros.
Así como hemos en ti esperado.
Señor escucha mi oración .
Y mi clamor llegue a tus oídos.
El Señor sea con nosotros y tu espíritu.
Amen. Amen, Amen..
Oración
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."
Oración
Oh, Glorioso Príncipe San Miguel,
Jefe Principal de la Milicia Celestial,
Guardián fidelísimo de las almas,
Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes,
fiel Servidor en el Palacio del Rey Divino,...
Sois nuestro admirable Guía y Conductor.
Vos brilláis con excelente resplandor
y con virtud sobrehumana, libradnos de todo mal.
Con plena confianza recurrimos a vos.
Asistidnos con vuestra afable protección
para que seamos mas y mas fieles
al servicio de Dios todos los días de nuestra vida.
Rogad por nosotros, Glorioso San Miguel,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor.
Amén
Oración
Omnipotente y Eterno Dios,
os adoramos y bendecimos.
En vuestra maravillosa bondad, y con el misericordioso
deseo de salvar las almas del género humano,
habéis escogido al Glorioso Arcángel, San Miguel,
como Príncipe de la Justicia Divina.
Humildemente os suplicamos, Padre Celestial,
que nos libréis de nuestros enemigos.
En la hora de la muerte, no permitáis que ningún
espíritu maligno se nos acerque,
para perjudicar nuestras almas.
Oh Dios y Señor Nuestro, guiadnos por medio
de este mismo Arcángel. Enviadle que nos conduzca
a la Presencia de Vuestra Excelsa y divina Majestad.
Os lo pedimos por los méritos
de Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
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