por Jennifer Hoffman 9 de Julio de 2012
Traducción: Margarita López Edición: El Manantial del Caduceo
Estamos en un torbellino de transformación ahora y las futuras
generaciones hablarán de los cambios que estamos experimentando en la
misma forma en que nosotros hablamos de períodos similares en la
historia. Pero mientras estamos en él, puede ser atemorizante,
desafiante y queremos pasarlo lo más rápidamente posible. Éstos son los
tiempos que ponen a prueba nuestras almas, pero también son los tiempos
que sanan nuestras almas, porque desde el principio del tiempo hemos
estado en un camino de sanación. Ése es nuestro principal propósito en
la vida y lo vivimos todos los días. ¿Cómo podemos encontrar la
sanación? Buscándola.
Para que se produzca la sanación tenemos que estar en un espacio de
sanación, haciendo las preguntas correctas, con la intención de
lograrlo. Nos ponemos ansiosos y frustrados con las distracciones, como
lo que nos está ocurriendo o pasando a nuestro alrededor, quién nos está
molestando o lastimando, quién no está haciendo su trabajo u
obstaculizando nuestro camino. Pero estas cosas son todas parte de
nuestro camino de sanación y cuando tratamos de pasar por ellas lo más
rápido posible, nos estamos perdiendo nuestras oportunidades para la
sanación, cierre y liberación.
Ésta no es una carrera a una línea de meta distante, es una
transformación radical, a nivel del alma, que nos está alterando cada
uno de nosotros, y a la humanidad, desde dentro hacia fuera. Para sacar
el máximo provecho de una situación que no va a desaparecer en el corto
plazo (la actual serie de cuadraturas de Urano/Plutón termina en el
2015), tenemos que aprovechar al máximo cada oportunidad de sanación,
porque cuando lo hacemos, obtenemos un cierre y la sanación es completa.
Para estar en nuestro espacio de sanación tenemos que estar haciendo
una pregunta constante: “¿Dónde está mi sanación en esta situación?” Y
luego actuar según las respuestas que recibamos.
Cada situación que encontramos, sobre todo ahora, ha sido orquestada
por nuestra alma para nuestra sanación. Tenemos que completar nuestro
karma, pasar a niveles más expandidos de ser, lo que podemos lograr
cuando nuestra sanación está completa, y empezar a vivir a través de un
propósito más elevado. Ésta es una batalla entre nuestra luz y
oscuridad, nuestras limitaciones y libertad, y nuestra disposición de
convertir nuestro camino de sufrimiento en uno de ser exaltado, lo que
hacemos al abrazar firmemente cada oportunidad de sanación, obteniendo
el cierre que necesitamos y aprendiendo a vivir con alegría. Tenemos una
opción en todas las cosas y nuestra elección por sanar nos lleva a una
mayor expresión y expansión de nuestra luz para que podamos crear
nuestro cielo en la tierra.
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