martes, 8 de mayo de 2012
Tauro y la Iluminación
El Tema de la Iluminación Tauro es una de las más interesantes constelaciones zodiacales, especialmente en este tiempo.
Es la Cruz Fija en los cielos, la Cruz del Discípulo, y el siguiente resumen es de interés en esta relación: “Del cielo se habla místicamente como del Templo, y la conciencia eterna de Dios. Su altar es el sol, cuyos cuatro brazos o rayos representan las cuatro esquinas de la cruz cardinal del univer o, que han llegado a ser los cuatro signos fijos del zodíaco, y como los cuatros signos de poderosos animales sagrados, son a la vez cósmicos y espirituales, ellos representan los elementos básicos asemejándose a nuestros principios humanos.
El signo de Leo representa el fuego o el espíritu; Tauro, la tierra o el cuerpo; Acuario, el aire o la mente; y Escorpio representa el agua asemejándose al alma. Leo, como el león, es la fuerza de la naturaleza inferior, y es la serpiente de la fuerza, que vence si es dirigida hacia arriba. Tauro, el toro, es siempre el símbolo de la fuerza creativa. Acuario, el hombre, es el que trae la luz o portador de la luz. Escorpio, el escorpión, es a menudo transmutado en Aquila, el águila… que se levanta al mismo tiempo que Escorpio; están estrechamente ligados en simbolismo. Escorpio es “el monstruo de la oscuridad”, que pica hasta la muerte, y sin embargo se mantiene, y reproduce, simbolizando no sólo generación sino regeneración.
Como este Aquila, el águila, el pájaro del sol que ha conquistado el lado oscuro de Escorpio (ese adversario que puede arrastrar al hombre más bajo que las bestias), pero cuando es transmutada es el águila de la luz, que puede elevarse por encima de los dioses”.
“El Barco Celestial del Norte, Vol. 1. (E. V. Straiton).”
El “ojo del toro” en Tauro, la magnífica estrella fija, Aldebarán, es una de las razones por las cuales se considera a esta constelación, como confiriendo iluminación. Antiguamente era Ramada la estrella guía de los cielos, y Tauro ha sido siempre relacionado con la luz y, por lo tanto, con Cristo, quien se proclamaba a sí mismo como la luz del Mundo.
La Luz, la iluminación y el sonido, como una expresión de la fuerza creativa: éstas son las tres ideas básicas relacionadas con esta constelación. El “intérprete de la voz divina”, como era llamado Tauro en el antiguo Egipto, puede ser parafraseado en la terminología cristiana y ser llamado “el Verbo hecho carne”.
Es un interesante detalle incidental en el poder de las influencias zodiacales, recordar que la linterna del ojo del toro puede ser rastreada hasta el ojo del toro en Tauro, y el toro pontificial, o las enunciaciones papales que eran consideradas como intérpretes de la voz de Dios, es un término de uso común hoy en día. Bien se podría preguntar aquí: ¿De qué manera ha llegado a ser Tauro el toro, el portador de la iluminación? Se nos dice que en este signo la luna es glorificada y Venus es el soberano. La luna siempre ha sido mirada, desde el punto de vista de los esoteristas, y entre los pueblos primitivos dedicados a la agricultura, como el aspecto constructor de formas.
La luna es el símbolo, por lo tanto, de la materia y es vista en muchas de nuestras iglesias, estrechamente relacionada con la Virgen María. La consumación del trabajo que es emprendido en Tauro, y el resultado de la influencia taurina, es la glorificación de la materia y la subsecuente iluminación a través de su medio.
Todo eso que actualmente impide a la gloria, que es el alma, y al esplendor que emana de Dios dentro de la forma, fulgurar con todo su poder, es la materia o aspecto forma.
Cuando eso ha sido consagrado, purificado y espiritualizado, entonces la gloria y la luz pueden realmente brillar a través y el aspecto luna puede, por consiguiente, ser glorificado en Tauro. Esto se realiza mediante la influencia de Venus, el símbolo del amor terrenal y celestial, de la aspiración espiritual y del deseo carnal, y es propiamente, por lo tanto, el gobernante de este signo.
Ella es, por sobre todas las cosas, amor, la creadora de la belleza, el ritmo y la unidad. El toro y la vaca juntos representan la creación, y por lo tanto, Tauro y Venus están estrechamente ligados. Lo siguiente es de interés: “El toro o la vaca son el símbolo de este signo, y en el alma celestial se observará que el pequeño grupo de estrellas llamado Las Pléyades está representando justamente como los cuatro delanteros del toro.
Ahora bien, en esculturas egipcias, o pinturas, Las Pléyades son a veces representadas por la figura de una paloma con las alas extendidas sobre el dorso del toro. La paloma, como lo recordamos, es el pájaro consagrado a Venus, y como Las Pléyades son parte de la constelación de Tauro y, como veremos, más taurinas en naturaleza, si es posible, que el mismo Tauro, la paloma llega a ser un símbolo especialmente apropiado para este pequeño grupo de estrellas”.
Fuente: angelesdebarro. El Zodíaco: Un Compendio de Vida. Walter H. Sampson. p. 24).
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