"Tengo el poder de decidir."
Nadie puede sentir dolor,
pérdidas, estar afligido... a menos que sea su propia decisión, que así
lo desee. Puede parecer una postura extrema, pero ¿cómo podría la verdad
no ser abarcativa? Tiene que abarcarlo todo, si es que es la verdad. No
aceptes opuestos ni excepciones; la salvación es el reconocimiento de
que sólo la verdad es verdad, y que nada más lo es. Es la más simple de
las distinciones, y la más ambigua, porque se halla oculta tras una
amplia gama de opciones que no parecen proceder de vos. Tal como Dios te
creó, no podés sino ser inmutable; por lo tanto, los estados
transitorios son, por definición, falsos. Por ello, el mundo que vemos
ha sido creado por nosotros. ¿qué puede saber Dios de lo efímero, del
pecado, sufrimiento o dolor? Pensar que Dios creó el caos, que
contradice Su Voluntad, es arrogancia. La humildad se daría cuenta de
que estas cosas no pueden proceder de Él. Seamos hoy humildes, y
aceptemos lo que hemos hecho tal como es. Tenemos el poder de decidir.
Aceptá el papel que te corresponde como co-creador y lo que crees haber
fabricado desaparecerá; emergerá en tu conciencia lo que siempre estuvo
ahí. Con humildad, aceptamos jubilosamente como nuestros el esplendor
del Hijo de Dios, su pureza, el Amor de su Padre y su derecho al Cielo
Sesiones
largas: Por 5 minutos al despertar, y 5 más antes de dormir, pensaremos
sólo en la verdad y practicaremos sus caminos: iniciamos diciendo
"Tengo el poder de decidir. Hoy me aceptaré a mí mismo tal como la
Voluntad de mi Padre dispuso que yo fuese" Luego, aguardamos en
silencio, abandonando el auto engaño, pidiendo humildemente que se
revele ante nosotros.
Sesiones cortas: Cada hora, repetí esta invitación a tu Ser. La Voz de Dios te contestará, trayéndote su paz.
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