"No le daré valor a lo que no lo tiene."
En la
enseñanza a veces es beneficioso volver a la práctica. Hoy nos
ocuparemos de los beneficios que te aguardan. No pedís demasiado de la
vida; al contrario, pedís demasiado poco. Cuando dejás que tu mente se
ocupe de asuntos corporales, estás invitando al pesar. En el mundo no
puede hallarse satisfacción. Hoy haremos una lista de verdaderos
criterios para poner a prueba lo que creés desear. Vos podés elegir, y
hay sólo 2 alternativas válidas entre las cuales optar. Cada elección
que hagas, o bien te aporta todo, o no te aporta nada. 1ero) si lo que
elegís no dura para siempre, carece de valor. 2) si elegís quitarle algo
a alguien, te quedás sin nada. Cuando le negás a alguien su derecho a
todo, te lo negás a vos mismo. No reconocerás las cosas que realmente
tenés, aunque estén ahí. 3) ¿por qué razón tiene valor para vos esto que
estás eligiendo? ¿Qué hace que tu mente se sienta atraída por eso? ¿qué
propósito tiene? En esto es fácil engañarse, porque el ego no reconoce
lo que quiere, ni siquiera dice la verdad como la percibe. Si sentís el
más mínimo indicio de culpabilidad con respecto a lo que elegiste, es
que permitiste que los objetivos del ego nublaran las verdaderas
alternativas; que hay sólo dos opciones, y la alternativa que elegiste
parece temible para ser la nada que realmente es.
Todas las cosas, o
son valiosas o no tienen ningún valor; o son dignas de ser procuradas, o
indignas. Por ello elegir es tan fácil. La complejidad no es sino una
cortina de humo. Al Cielo se llega con las manos vacías y las mentes
abiertas, sin nada a fin de encontrarlo todo y reivindicarlo como
propio. Hoy trataremos de llegar a este estado, dejando el auto-engaño
de lado, dándole valor sólo a lo real.
Sesiones largas: En 2
ocasiones, de 15 minutos comenzá diciendo: "No le daré valor a lo que no
lo tiene, y sólo iré en pos de lo que es valioso, pues eso es lo único
que deseo encontrar." Luego, recibí lo que le espera a todo el que trata
de llegar sin lastre a las puertas del Cielo.
Sesiones cortas: Si notás que te estás sobrecargando con fardos innecesarios, decite:
"No le daré valor a lo que no lo tiene, pues lo que tiene valor me pertenece".
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