martes, 3 de abril de 2012

Lección 131

"Nadie que se proponga alcanzar la verdad puede fracasar."
El fracaso te acecha si perseguís metas inalcanzables, que no tienen sentido; que se basan en la ilusión. No obstante, la búsqueda es inevitable aquí, para eso viniste. Pero el mundo no puede determinar la meta a perseguir, a menos que vos le des ese poder. Sos libre de elegir una meta más allá de este mundo. Alégrate de buscar, y alégrate de aprender que lo que buscás es el cielo, y no podés sino alcanzar esa meta. El Hijo de Dios no puede buscar en vano, sólo puede demorarse y cuando se equivoca, encuentra corrección; cuando se pierde, se le conduce de nuevo a la tarea asignada. Y, ¿por qué esperar al Cielo? Se halla aquí ahora. Si la voluntad de Dios es que su Hijo more en el Cielo, no puede menos que estarse cumpliendo en este momento. Dios no creó dos mentes, no puede estar en conflicto, ni su creación dividida en dos, cielo e infierno.
Hoy no elegiremos una paradoja en vez de la verdad. Dejá atrás estos pensamientos absurdos, y hacé que tu mente sea receptiva a ideas verdaderas.
Sesiones largas: En 3 ocasiones, dedicaremos 10 minutos a este objetivo, y pediremos que se nos conceda poder ver el despuntar del mundo real, para que reemplae las ideas descabelladas que en tanta estima tenemos, por ideas verdaderas. Comenzá diciendo: "Pido que se me conceda ver un mundo diferente y tener pensamiento distintos de aquellos que inventé. El mundo que busco no lo construí yo solo, y los pensamientos que quiero tener no son los míos." Por varios minutos, observá tu mente contemplando el mundo insensato que creés real. Luego descartalo y deslizate por debajo, hasta llegar al santo lugar donde no pueden infiltrarse. Allí hay una puerta en tu mente, buscala hasta encontrarla. Empujá la puerta y fijate qué fácilmente se abre por tu intención de cruzarla. Mirá los ángeles, mirá ese mundo de luz ante vos: refleja la verdad que siempre conociste, y de la que no te olvidaste totalmente.
Hoy no podés fracasar. Con vos va el Espíritu que Dios envió para mostrarte el camino hacia esa puerta. Hoy es un día de júbilo.
Sesiones cortas: Recordá tan a menudo como puedas que hoy es un día de especial gozo, y abstenete de pensamientos desalentadores y quejas banales. Repetí: "Hoy busco y encuentro todo lo que deseo. Mi único propósito me lo brinda. Nadie que se proponga alcanzar la verdad, puede fracasar".

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