"La Salvación es mi única función aquí"
La salvación y el perdón son
lo mismo. Ambos implican que algo anda mal, y precisa ser corregido,
pero sólo son ilusiones irreales. Sin embargo, al haber creído en su
existencia, nuestra mente precisa un plan, un pensamiento de Dios para
pasar por alto lo que nunca ocurrió. El Espíritu Santo conserva ese plan
en la mente de Dios y en la tuya, para recordarte que Dios es Amor y
que todo lo que se oponga a esta idea no es Su voluntad.
El
pensamiento cuya función es salvarte de todas las apariencias: "La
Salvación es mi única función aquí. Dios sigue siendo Amor, y esto no es
Su Voluntad"
Sesiones largas: Practicá con el pensamiento de Dios.
Comenzá diciendo: "La Salvación es mi única función aquí. La salvación y
el perdón son lo mismo." Pedí luego aprender lo que necesitás para
dejar de lado el miedo y reconocer a tu Ser. Perdoná todo pensamiento
que se oponga a la verdad de tu compleción, unidad y paz. No podés
perder estos regalos que tu Padre te dio.
Sesiones cortas: repetí
frecuentemente la idea de hoy durante el transcurso de la hora. Así,
depositás el perdón en tu mente, y dejás que todo temor sea suavemente
descartado, para que el amor pueda ocupar su lugar en vos y mostrarte
que sos el Hijo de Dios.
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