"El perdón me ofrece todo lo que deseo."
El perdón
permite que se descorra el velo que oculta la faz de Cristo de aquellos
que contemplan al mundo sin piedad. Te permite reconocer al Hijo de
Dios. Es la respuesta perfecta a todos tus temores. ¡Deja de buscar! No
hay otra en su lugar.
Perdoná y serás perdonado. Tal como des, así
recibirás. No hay otro plan para la Salvación del Hijo de Dios. Aceptala
ahora, tan simplemente como se te ofrece. Teniendo presentes los
regalos que el perdón ofrece, empecemos hoy nuestra práctica.
Sesiones
largas: 15 minutos a la mañana, 15 minutos a la noche, dediquémoslos a
la búsqueda que garantiza que al infierno le llegó su fin. Comenzá lleno
de esperanza; ahora el camino se vuelve mucho más fácil. Sumergite en
una sensación de felicidad; hoy se te concede experimentar la paz que el
perdón ofrece, y la dicha que te da el descorrer del velo. Ante esta
luz desaparece el mudo, y verás surgir otro mundo que no puede ser
descripto por palabras. Ahora vamos directo hacia la luz. Hoy se nos
concede todo lo que deseamos.
Sesiones cortas: No perdamos de vista
nuestros regalos a lo largo del día, cuando de nuevo interactuemos con
un mundo de cambio constante y de apariencia. Mantenelos firmes en tu
mente, tratando de pensar en ellos un minuto cada cuarto de hora. Decí
así: "El perdón me ofrece todo lo que quiero. Hoy he aceptado que ésto
es verdad. Hoy he recibido los regalos de Dios."
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