"Dar y recibir son en verdad lo mismo."
La visión depende de la idea
de hoy, pues reconcilia los aparentes opuestos. La verdadera luz que
hace posible la visión no es la que se ve con los ojos del cuerpo: es un
estado mental que se unificó en tal grado que la oscuridad no puede
percibirse en absoluto. Esta es la luz en la que no se pueden ver
opuestos, y la visión, al haber sanado, tiene el poder de sanar.
Extiende tu paz interior desde tu mente hacia otras mentes, para
compartirla y regocijarse de que todas las mentes sean una. Ahí dar y
recibir se ven como diferentes aspectos de un mismo pensamiento, cuya
verdad no depende de cuál se vea primero; ambos ocurren simultáneamente.
Un sólo pensamiento unificado, servirá para unificar todos los
pensamientos. Tiene una utilidad especial, ya que se puede comprobar y
poner a prueba fácilmente.
Sesiones largas: Dar es recibir. Hoy
intentaremos ofrecer paz a todo el mundo y ver cuán rápidamente retorna a
nosotros. En los 5 minutos al comienzo de cada hora, afirmá: "Dar y
recibir son en verdad lo mismo. Recibiré lo que estoy dando ahora."
Luego cerrá los ojos y pensá en qué querés ofrecerle al mundo. Por ej:
"Le ofrezco sosiego a todo el mundo. Le ofrezco paz interior a todo el
mundo..." etc. Repetí cada frase lentamente, y luego hacé una pequeña
pausa, esperando el regalo que diste. Puede resultar útil también pensar
en alguien a quién dar tus regalos, que represente a todos los demás en
el mundo.
Sesiones cortas: Tu rápido avance se consolidará cada vez
que decís: "Dar y recibir son en verdad lo mismo." Y de ahora en
adelante entenderás mejor el concepto de efecto y causa.
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