"Mías son la paz y la dicha de Dios"
La paz y la dicha de Dios nos
pertenecen. Hoy las aceptamos sabiendo que son nuestras. Y que se
multiplican a medida que los recibimos, al contrario que en los regalos
del mundo, donde el que da parece perder lo que entrega. Uno de los
objetivos del curso es invertir tu concepto del dar, de modo que puedas
recibir. Acepta la dicha y la paz de Dios, y aprenderás a ver que los
regalos no disminuyen cuando se dan, sino que se multiplican. La dicha
de Dios aumenta cuando aceptas como tuya Su dicha y Su paz.- Dar
verdaderamente equivale a crear. Añade a todo lo que ya está completo,
no en el sentido de añadir algo (implicaría que antes era menos) sino
que permite que Dios se complete a Si mismo, tal como Dios se define a
sí mismo.
Sesiones largas: Comenzaremos ligeramente distinto hoy .
Pensá en aquellos a quienes les negaste la paz y la dicha de acuerdo a
las leyes de Dios, ya que al negárselas, te las negaste a vos mismo. Por
eso, decile a cada uno, según cruce tu mente: "Hermano, te ofrezco la
paz y la dicha, para que la dicha y la paz sean mías." Ahora estás listo
para aceptar el regalo de paz y dicha que Dios te da. Ahora podés
decir: "Mías son la paz y la dicha de Dios" porque diste lo que querés
recibir. Cerrá los ojos, y dejá que Su Voz te asegure que estas palabras
son verdad. Pasá hoy 5 minutos con Él de esta manera, pero no creas que
menos tiempo no tiene valor. Asegurate de hacerlo cada hora. Proponete
no interferir hoy en Sus designios.
Sesiones cortas: Si alguien
parece tentarte a que le niegues este regalo, bendecilo lleno de
agradecimiento y decile: "Hermano, te ofrezco la paz y la dicha, para
que la dicha y la paz sean mías." Consideralo como una oportunidad más
para aceptar los regalos de Dios como tuyos.
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