"Comparto con Dios Su voluntad de que yo sea feliz"
Vos no querés
sufrir. Quizá pienses que el sufrimiento te puede beneficiar en algo,
pero ahora comenzás a sospechar que esa creencia no tiene sentido. Hoy
trataremos de darnos cuenta de que el dolor no tiene objeto, ni causa,
ni poder para lograr nada. Nada puede aportarte, y no existe. Sentite
libre de unirte a la feliz Voluntad de Dios. Estos ejercicios han sido
diseñados para ayudarte a encontrar la felicidad que la Voluntad de Dios
ubicó en vos.
Hoy necesitamos las sesiones de práctica que nos
enseñan que el pecado no es real, y que el dolor y sufrimiento carecen
de causa. Acepta la Expiación: el pecado no existe. La dicha es justa, y
el dolor no es sino una señal de haberse equivocado con respecto a uno
mismo.
Sesiones largas: En los 5 minutos al comienzo de cada hora,
declará que aceptás la voluntad de Dios "Comparto con Dios Su voluntad
de que yo sea feliz, y acepto ahora la felicidad como mi función". Buscá
entonces esta función en lo profundo de tu mente. Sé feliz, pues tu
única función aquí es la felicidad. No tenés por qué ser menos amoroso
con vos que Aquel cuyo Amor te creó tan amoroso como Sí mismo.
Sesiones
cortas: Además de los descansos de 5 min. por hora, hacé frecuentes
pausas hoy para decirte a vos mismo que ahora aceptás la felicidad como
tu única función aquí. Estate seguro de que al hacer esto te estás
uniendo a la voluntad de Dios.
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