"Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una"
Esta
idea es una ampliación de la de ayer. Trataremos de asociar la luz con
la fortaleza, y la debilidad con la oscuridad. Ahora creés que ver es
usar los ojos del cuerpo; creés que el cerebro puede pensar. Pero la
fortaleza de Dios que vive en vos es la luz en la que ves, y es Su mente
con la que pensás. Su fortaleza niega tu debilidad, y es tu debilidad
lo que ves con los ojos del cuerpo. La debilidad ve todo como diferente a
sí misma; juzga, condena y no ama, permaneciendo en la oscuridad para
ocultarse. Se teme, se ataca y se odia a sí misma. La fortaleza pasa la
debilidad por alto, al mirar más allá de las apariencias; te brinda la
luz en la que tu Ser aparece. La fortaleza procede de la Verdad, y
brilla con la luz que su Fuente le otorgó. La fortaleza y la luz se unen
en vos, y ahí donde se unen, tu Ser se alza para recibirte como Suyo.
Allí trataremos de llegar hoy.
Sesiones
largas: 2 veces, por 20 minutos (a la mañana y a la noche) estemos
presentes en ese encuentro. Dejate conducir ante tu Ser. Dejá la
oscuridad, y practicá ver en la luz, cerrando los ojos del cuerpo y
pidiendo hallar el encuentro entre tu ser y tu Ser, donde la luz y la
fortaleza son una.
Sesiones cortas: repitamos la idea de hoy tan a
menudo como sea posible, reconociendo que es el preludio de la visión, y
que nos está llevando de la oscuridad a la luz donde pueden percibirse
los milagros.
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