Finalizado el repaso, volvemos a las lecciones.
"Los milagros se ven en la luz"
Es
importante reconocer que los milagros y la visión van de la mano. El
milagro está siempre allí, no importa que los percibas o no. Los verás
en la luz, y no en la oscuridad. Por eso, la luz es crucial; en la
oscuridad no podés ver el milagro, y creés que no existe. Esto mismo es
para la luz: no percibir la luz, es percibir la oscuridad, y la aparente
realidad de la oscuridad, hace que la idea de la luz no tenga sentido.
Si te dijeran que lo que no ves está ahí, no lo creerías. Sólo creés en
lo que ven los ojos del cuerpo. Para invertir esta percepción, estás
respaldado por una fortaleza que hará desaparecer tus dudas y que vive
en vos. Hoy trataremos de sentir esa fortaleza.
Sesiones largas: 3
veces en el día, por 10 minutos, tratá de dejar atrás tu debilidad. Se
logra si te das instrucciones a vos mismo de ser algo más que un cuerpo.
Podés escaparte del cuerpo si lo decidís; podés experimentar la
fortaleza que vive en vos. Comenzá diciendo: "Los milagros se ven en la
luz. Los ojos del cuerpo no perciben la luz. Mas yo no soy un cuerpo.
¿qué soy entonces?" Esta pregunta es crucial. Lo que pensás que sos debe
ser erradicado para que lo que realmente sos te sea revelado. La verdad
de lo que sos apela a la fortaleza que vive en vos, para llevar tu
conciencia más allá de lo que el error oculta. Y con cada atributo que
venga a tu mente, enunciá los opuestos que ocuparán su lugar. Por ej:
"No soy débil, sino fuerte. No soy un inútil, sino todopoderoso. No
tengo dudas, sino seguridad", etc. terminando con "No puedo ver en la
oscuridad, sino en la luz".
Luego, tratá de experimentar estos
enunciados que hiciste. La debilidad está asociada a la idea de que sos
un cuerpo. Luego, sólo relajate por el resto de la sesión.
Sesiones
cortas: 5 ó 6 veces por hora, recordate que los milagros se ven en la
luz. Ante una tentación, repetite: "Los milagros se ven en la luz. No
cerraré los ojos por causa de ésto"
No hay comentarios:
Publicar un comentario