"La luz ha llegado."
La luz ha llegado. Te has curado y podés curar,
te has salvado y podés salvar. Estás en paz y las tinieblas, el
conflicto y la muerte han desaparecido. Hoy celebraremos el feliz
desenlace de tu largo sueño de desastre. Hoy, nuestros ejercicios serán
felices, y daremos las gracias por la desaparición de lo viejo y el
comienzo de lo nuevo.
Sesiones largas: las dedicaremos a ver el mundo
que el perdón nos muestra. No queremos hoy ver ni la sombra del ego.
Decí para vos: "La luz ha llegado. He perdonado al mundo". No te
entretengas en el pasado; estás esperando a que se te muestre el nuevo
mundo que habitarás. Repetí la idea varias veces. Confiá en que el
perdón te hace acreedor de la visión, y el Espíritu Santo está con vos
mientras esperás. Decile que sabés que no podés fracasar, porque confiás
en Él. Esperalo pacientemente, y verás el mundo que se te ha prometido
desde el principio de los tiempos.
Sesiones cortas: serán asimismo
jubilosos recordatorios de tu emancipación. Cada cuarto de hora,
recordate que hoy es un día de celebración: decite: "La luz ha llegado.
He perdonado al mundo". Y si cualquier tentación parece estarte llevando
hacia las tinieblas, repetí para vos: "La luz ha llegado. He perdonado
al mundo"
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