"No hay más voluntad que la de Dios."
Reconociendo ésto, habrás
reconocido que tu voluntad es la Suya. La creencia de que el conflicto
es posible habrá desaparecido, y la paz te envolverá.
La idea de hoy
encierra una gran paz; nuestro propósito es encontrarla. Comenzá las
sesiones más largas repitiendo varias veces: "No hay más voluntad que la
de Dios. No puedo estar en conflicto". Luego, dedicá varios minutos a
añadir pensamientos afines, por ej. "estoy en paz, nada puede
perturbarme" etc. Hacele frente a cualquier pensamiento conflictivo que
aparezca repitiendo: No hay más voluntad que la de Dios. Este
pensamiento conflictivo no significa nada". Si parece persistir, agregá:
"Mis conflictos respecto a ..... no pueden ser reales". Luego cerrá los
ojos y tratá de experimentar la paz a la que tu realidad te dá derecho.
Sumergite en ella. Sentí cómo te va envolviendo. Sentirás una profunda
sensación de dicha; la paz se caracteriza por la dicha.
En las sesiones cortas (llevadas a cabo a intervalos previamente determinados por vos) decite:
"No hay más voluntad que la de Dios. Hoy busco Su paz." y tratá de hallar lo que buscás.
Dedicar 1 o 2 min. con ojos cerrados a ésto, cada 1/2 hora, será tiempo bien empleado.
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