"Mi
voluntad es que haya luz."
Los deseos del ego y su necesidad de fabricar resentimientos, dieron lugar al mundo como lo vemos, con figuras que parecen atacarnos, haciendo que nuestros juicios estén "justificados".
Perdemos conciencia de nuestra Voluntad en esta transacción en la que la culpabilidad se renueva cada vez, y los resentimientos aumentan con cada intercambio. pero, ¿acaso Dios, que nos ama, podría haber creado desastres para nosotros? La creación es la Voluntad conjunta de ambos, Dios y Su hijo, ¿cómo iba a crear un mundo que pudiera destruírlo?
Hoy trataremos de ponernos en contacto con el mundo que está acorde con tu voluntad. La luz está en él, porque aunque no es el Cielo, Su luz resplandece sobre él.
Tu imagen del mundo sólo puede reflejar lo que está dentro tuyo. Ni la fuente de luz ni la oscuridad pueden hallarse fuera de vos. Tu interior define al mundo que contemplas. Salvando la barrera de los resentimientos, el perdón despeja las tinieblas.
Abordemos los ejercicios de hoy (2 sesiones largas) reconociendo que sólo el plan de Dios para la salvación está en completo de acuerdo con tu voluntad. No es un poder externo que se te impone contra tu voluntad; sino que hoy, el Hijo de Dios está dispuesto a contemplar la luz que mora en Él y salvarse. Luego de recordarte ésto, repetí para adentro con tranquila certeza: "Mi voluntad es que haya luz. Quiero contemplar la luz que refleja la voluntad de Dios y la mía." poné el resto de la sesión bajo Su dirección.
Sesiones cortas: varias veces por hora, repetite: "Mi voluntad es que haya luz. La oscuridad no es mi voluntad". Además, aplicala de inmediato si te sientes tentado a abrigar resentimientos; te ayudará a desprenderte de ellos.
Los deseos del ego y su necesidad de fabricar resentimientos, dieron lugar al mundo como lo vemos, con figuras que parecen atacarnos, haciendo que nuestros juicios estén "justificados".
Perdemos conciencia de nuestra Voluntad en esta transacción en la que la culpabilidad se renueva cada vez, y los resentimientos aumentan con cada intercambio. pero, ¿acaso Dios, que nos ama, podría haber creado desastres para nosotros? La creación es la Voluntad conjunta de ambos, Dios y Su hijo, ¿cómo iba a crear un mundo que pudiera destruírlo?
Hoy trataremos de ponernos en contacto con el mundo que está acorde con tu voluntad. La luz está en él, porque aunque no es el Cielo, Su luz resplandece sobre él.
Tu imagen del mundo sólo puede reflejar lo que está dentro tuyo. Ni la fuente de luz ni la oscuridad pueden hallarse fuera de vos. Tu interior define al mundo que contemplas. Salvando la barrera de los resentimientos, el perdón despeja las tinieblas.
Abordemos los ejercicios de hoy (2 sesiones largas) reconociendo que sólo el plan de Dios para la salvación está en completo de acuerdo con tu voluntad. No es un poder externo que se te impone contra tu voluntad; sino que hoy, el Hijo de Dios está dispuesto a contemplar la luz que mora en Él y salvarse. Luego de recordarte ésto, repetí para adentro con tranquila certeza: "Mi voluntad es que haya luz. Quiero contemplar la luz que refleja la voluntad de Dios y la mía." poné el resto de la sesión bajo Su dirección.
Sesiones cortas: varias veces por hora, repetite: "Mi voluntad es que haya luz. La oscuridad no es mi voluntad". Además, aplicala de inmediato si te sientes tentado a abrigar resentimientos; te ayudará a desprenderte de ellos.
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