"Dios es la fortaleza en la que confío".
Hoy son necesarias 4
sesiones de práctica de 5 minutos c/u, aunque se nos exhorta a hacer más
y de más duración (práctica largas). Repetí la idea frecuentemente en
el transcurso del día, usándola como respuesta a cualquier cosa que te
perturbe.
Prácticas largas: Cerrá los ojos y repetí la idea de hoy.
Luego buscá situaciones de tu vida que hayas revestido de temor, y
desechalas, diciéndote: "Dios es la fortaleza en la que confío";
tratando de deslizarte más allá de las preocupaciones. La forma de tener
confianza no es confiar en uno mismo, sino en Dios, que tiene éxito en
todo. Reconocer la propia debilidad es un paso necesario para corregir
los errores. Luego, tratá de llegar muy hondo en tu mente, a un lugar
seguro; hay un lugar en vos de perfecta paz, donde vive la fortaleza de
Dios.
Esta idea remarca que Dios es nuestra seguridad siempre. Su Voz
habla por Él diciéndonos cómo invocar Su fortaleza y Su protección.
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