sábado, 11 de junio de 2011

LOS MANDALAS



Los mandalas son un despertador hacia niveles de conciencia superior, puertas de conexión con el mas allá. Descubrir sus códigos es encontrar las llaves que nos reconectan con la luz superior que habita dentro, para comprender y experimentar que formamos parte de una conciencia superior. El mandala trabaja enviando estímulos sensoriales a la mente interna en forma similar a lo que hoy se conoce como subliminal. El mensaje pasa a través de la visión hacia los receptores del cerebro en donde se procesa y se obtiene una reacción, como cambios de actitud positiva, recuperación de autoestima, liberación de miedos, angustias, desbloquea emocionalmente y genera una gran cantidad de cambios internos. Esta posibilidad que da el mandala, parte de que su estructura de forma es correspondiente a la estructura de formas arquetípicas posibles que adquiere el universo en constante cambio y evolución.

Son las infinitas posibilidades que tiene el calidoscopio del universo. Los mandalas dan una sensación de traslado o viaje multidimensional, preparan a la mente para centrarla, expandirla, a nuevos conocimientos que parten de la sabiduría infinita universal. En nuevos niveles de conciencia sobrevienen nuevos niveles de reflexión y energía.

No por mucho observar el mandala se tendrán mayores efectos. Una vez que nuestra mente capta el estímulo visual se llevan a cabo los procesos de cambio.

Volviendo a las siete formas principales que comentamos al principio vamos a desarrollar la geometría del círculo representante de la forma de Dios, la unidad y la totalidad.

El círculo integra aquellas formas diferentes entre sí para interrelacionarlas en la unidad. El centro verdadero del círculo es un punto, pero el punto carece de dimensión y de lugar por lo tanto escapa a nuestra percepción y capacidad de manifestación. No pertenece a nuestro mundo, porque en nuestro mundo todo tiene extensión, dimensión, porque el mundo es forma, pero el punto pertenece a otra escala del ser. Existe más allá del mundo, Es metafísico en el sentido más literal. El punto simboliza la unidad, la totalidad, la perfección. El punto lo contiene todo, sólo que en potencia, no manifestado. De él nacen el círculo y la esfera que son las formas en las cuales se revela el punto. Lo que en este es todavía potencia metafísica cobra configuración formal en el círculo y la esfera. Todos los cuerpos Platónicos son distintos y en realidad constituyen la unidad (la esfera).

Se trata, pues, de una progresión infinita.

Con esta geometría en el dibujo de 13 esferas de la flor de la vida logramos lo que se conoce como el cubo de Metatron, que contiene en sí el germen invisible de toda realidad tangible. En su interior existe condensada toda la información del universo. Cada una de las 13 esferas describe pormenorizadamente cada aspecto de nuestra realidad, todo cuanto podemos pensar, ver, sentir, hasta llegar a la estructura atómica actual.

La geometría sagrada nos hace comprender la unidad de la vida y encontrar el origen común de sucesos diversos entre sí. Para llegar a la unidad tenemos que encontrar la integración. Siempre hemos visto la dualidad como algo normal (blanco, negro, bueno, malo, etc.), y por tal motivo no podemos integrar la parte femenina de nuestro cerebro (lado derecho), donde se encuentra la unidad de la conciencia y el espíritu. A la par nuestra parte masculina (lado izquierdo), no cree en ello, así nos hace ver la dualidad en todas partes.

La base para la integración de los hemisferios cerebrales está en la geometría sagrada, ya que nuestro cerebro izquierdo parte masculina, no cree que existe un espíritu único y que solamente él es el que mueve o dirige todas las cosas. Cuando logramos convencer a esta parte del cerebro, se produce la integración y se inicia el proceso en el que iremos de la polaridad a la unidad de conciencia.

Al lograr la unidad de conciencia, que estaría representada por la esfera, comenzaríamos a vivir la cuarta dimensión (tiempo-esfera). La cuarta dimensión está matemáticamente constituida como una matriz radial. Una matriz radial es un orden auto existente de relaciones numéricas y armónicas, cuyas unidades y proporciones son generados radialmente y de los cuales, en parte y en suma, todas las unidades poseen una relación radial entre sí. Todas los matemáticas tetradimensionales son radiales. Todas las matrices radiales son series de números enteros.

No hay números irracionales o quebrados, sino simples series de fractales y relaciones, cuyo poder de magnificación exponencial es infinito. A la totalidad de series radiales de órdenes diametralmente opuestos y las series de números de los cuales están compuestos nos referimos como una matriz, el orden autogenerado subyacente del tiempo como la cuarta dimensión.

Es por eso que el tiempo(cuarta dimensión), no puede concebirse correctamente como lineal, como tampoco puede decirse que tenga un punto de partida ni un punto final.

En estos momentos la red conciencia icosadodecaedrica está produciendo el colapso del tiempo lineal de la tercera dimensión. Simultáneamente están fusionando la nueva dimensión, la cuarta con la tercera. Por eso adviertes que algunos momentos del día son un poco extraños. Esta red geométrica es muy notoria en nuestro cuerpo. Puede ser que sientas síntomas que no tienen relación con una dolencia orgánica. Las señales van desde mareos, intensas ganas de dormir, o por el contrario ningún deseo de hacerlo, dolores de cabeza que duran corto tiempo, etc. Podemos decir que la cuarta dimensión ya es un nuevo planeta que está sobre la tierra de tercera dimensión.

Sin embargo la disposición molecular es otra, por lo cual es invisible a nuestro mundo material.

Algunos datos de conciencia de cuarta dimensión: Los polos se reúnen casi hasta desaparecer. No necesitamos del conflicto para crecer. El amor y la luz comienzan a brillar cada vez más. La primera consecuencia es la eliminación total del temor psicológico. El pensamiento es creativo. Crea instantáneamente lo que necesita en ese momento. Perdemos casi toda densidad que nos acompaño en la dimensión actual. La conciencia de cuarta dimensión es grupal. El avance individual afecta positivamente al grupo. En antropología a esta conciencia se le llama sinergia. De la misma forma el avance del grupo es el avance individual. La esfera, el tiempo, es unidad.

Volviendo a los geometrías nos queda el desarrollo de la espiral: otra de las formas de lenguaje de la luz. Todos los cuerpos geométricos señalados anteriormente se complementan con la espiral. La espiral es la figura geométrica que genera el corazón cuando ama. Hoy por lo menos se generan dos espirales. Una que apunta hacia abajo, que es la receptiva y otra la proyectiva que apunta hacia arriba. La espiral femenina nos permite recibir información del cosmos. La masculina proyecta nuestra energía para abarcar toda la vida allí donde se encuentre. La espiral une todos los cuerpos geométricos y los hace viajar en el espacio. Por lo tanto cada sólido Platónico es una nave de conciencia.

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