martes, 27 de diciembre de 2011

Lección 41

"Dios va conmigo dondequiera que yo voy".
Hoy tenemos una sola sesión larga, de ser posible por la mañana, de 3 a 5 minutos.
Sentate con ojos cerrados, repitiendo la idea muy lentamente, tratando de no pensar en nada, tratando de sumergirte en tu interior, más allá de los pensamientos del mundo. De vez en cuando podés repetir la idea de hoy, si te ayuda a mantener despejada de pensamientos la mente, pero sobre todo, tratá de sumergirte en lo profundo de tu mente, vaciándola.
Usá la idea de hoy frecuentemente a lo largo del día, repitiéndola despacio, con ojos cerrados. Concentrate en las palabras, en su significado; incluso podés reírte de los pensamientos de miedo, sabiendo que Dios te acompaña dondequiera que vayas.
Con el tiempo, la idea de hoy desvanecerá la sensación de soledad y abandono que experimentan todos los que se sienten separados. La depresión, la ansiedad, las preocupaciones, son consecuencias de la creencia de la separación. La idea de hoy tiene el poder de terminar con todo este desatino para siempre.
En lo profundo de tu interior, yace todo lo que es perfecto, dispuesto a irradiar a través tuyo al mundo; esto sana todo dolor y pesar; curará a la mente que creía que esas cosas eran reales.
La Fuente de tu perfecta santidad va con vos a todos lados, por ello no se te puede privar de ella.
Se comprende que no creas ésto, porque la verdad se halla oculta en lo profundo de tu interior, bajo una densa nube de pensamientos turbios que representan todo lo que ves. Hoy estamos intentando atravesar esta nube, para llegar a la Fuente de tu santidad, que se halla dentro tuyo.