jueves, 16 de febrero de 2012

QUE ES EL NIÑO INTERNO?

Sócrates decía “conócete a ti mismo”. Nadie se conoce a sí mismo. De qué modo, entonces, podría uno conocer a otros?

Nuestro Ser consta de 4 partes (y todo lo que existe también: animales, plantas, cosas, átomos, una mota de polvo… TODO):

UNIHIPILI: Niño interno ó subconsciente. Aquí se guardan TODAS las memorias desde el comienzo de nuestra creación. Es la memoria del computador. Aquí es donde se toman las decisiones que son comunicadas al Uhane para su concreción. El niño es el que anda en bicicleta por ti, el que camina, respira, el que hace latir tu corazón. El que maneja el coche. El que se asusta y vuelca adrenalina en tus células. El que reacciona a partir de memorias que se repiten.

UHANE: Madre ó consciente. Es como el gerente. Tiene muy poca memoria. Sólo registra un bit (dato) por cada millón de bits que ocurren en un momento dado. Puede gestionar. No tiene capacidad para resolver problemas, pero es el que tiene la capacidad de comenzar el proceso de Ho’oponopono haciendo contacto con el Niño Interno. La Madre y el Niño en conjunto conforman el Alma de la entidad. Toma datos de la mente subconsciente para generar las decisiones.

AUMAKUA: Padre, supraconsciente ó súperconsciente. Nuestro Espíritu, que está en contacto directo, en perfecta sintonía con la Divina Inteligencia. La solicitud de limpieza es elevada al Padre por el Niño. El Aumakua envía la solicitud a Dios. Luego recibe la Inspiración y la LUZ DIVINA de la transmutación de memorias que Dios realiza y las envía al Niño y a la Madre, liberando las memorias.

DIVINA INTELIGENCIA: Recibe la petición del Aumakua y hace los cambios necesarios para que la memoria se borre. Dios sabe. Es esa parte nuestra a la que no le hemos estado permitiendo la intervención. Porque somos arrogantes y pensamos que podemos resolver nuestros problemas solos. Dios no está separado de nosotros. Esta es una ilusión que hemos creído por propia decisión.

Ángel REHAEL

jueves, 16 de feb de 2012
DescripciónLa energía que debemos utilizar el 16 de febrero se llama Rehael y lleva el número 39.
 Es posible que tu salud trate de situarse hoy en un lugar estelar para poder centrar tu atención. 
Será pues importante que le hagas caso y que analices un poco los procesos que estás viviendo en el ámbito fisiológico. Si te aqueja algún mal es el momento de buscarle remedio, porque es fácil que des con la persona adecuada para poderlo superar. 
Tal vez moverte en el ámbito del naturismo te ayude a descubrir nuevas fórmulas y distintos métodos para mejorar los índices de tus biorritmos.
 
 REHAEL: Dios que recibe a los que cometen errores. 
Escucha, Señor, apiádate de mí. Señor, acude en mi socorro. 
REHAEL, Señor, haz que todo en mi vida sea como debe ser. Ayúdame para que evite transferir a otros mis problemas, mis compromisos. 
Dame fuerzas para que pueda realizar mi tarea esencial, sin sentir el deseo de cargar sobre las espaldas de mis hijos mis propios deberes con la espiritualidad. Dame lucidez, REHAEL, para tomar las decisiones que se imponen, para descargarme de los negocios, propiedades, hábitos, y poderme marchar, libre de peso, hacia empresas espirituales. 
Necesito tu ayuda, Señor, para proceder al sacrificio de mis sentimientos y para que mi razón acepte el tránsito a un mundo de valores nuevos. 
Líbrame de la tentación, señor, de dejar mi tarea para otra generación, haciendo que mis hijos vivan el deber que Tú me has impuesto. 
Escucha mi plegaria, Eterno, y haz que hasta mí llegue el rayo de tu suprema lucidez.

Lección 85

"Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí."
Mis resentimientos me muestran lo que no está ahí, y me ocultan lo que quiero ver. Luego de reconocer ésto, ¿para qué los quiero? Me mantienen en la oscuridad, y ocultan la luz, ya que los resentimientos y la luz no pueden coexistir; pero la luz y la visión tienen que unirse para que yo pueda ver. Y para ver, tengo que desprenderme de mis resentimientos.
Variaciones específicas para aplicar la idea: "No permitas que haga de ésto un obstáculo a la visión." "La luz del mundo desvanecerá todo esto con su resplandor" "No tengo necesidad de ésto. Lo que quiero es ver."
2) "Mi salvación procede de mí."
Hoy reconoceré dónde está mi salvación. Está en mí porque ahí es donde está su Fuente, y no la ha abandonado, por ello no pudo haber abandonado mi mente. Dejaré de buscarla fuera de mi mismo. Se extenderá desde dentro de mí y todo lo que vea no hará sino reflejar la luz que brilla en mí y en sí mismo.
Variaciones específicas: "Ésto no puede privarme de la salvación" "No dejaré que ésto me tiente a buscar la salvación fuera de mí mismo" "No permitiré que ésto interfiera en la conciencia que tengo de la Fuente de mi salvación".