sábado, 12 de mayo de 2012

Lección 165

"Que mi mente no niegue el Pensamiento de Dios."
El Pensamiento de Dios te creó y no te abandonó ni un instante, ni estuviste nunca separado de él: gracias a él vivís, y es tu fuente de vida. ¿Quién negaría su seguridad, su curación y su paz, si reconociese dónde se encuentran? Abandonaría todo lo demás como algo sin valor en comparación. No niegues el Cielo: hoy se te concede sólo con que lo pidas. No es necesario que percibas cuánto cambiará tu mente ni cuán grande es este regalo: Sólo pedilo y se te concederá. La convicción radica en él: hasta que no le des la bienvenida como algo que te pertenece, seguirás en la incertidumbre. Pero Dios es justo: no tenés que tener certeza para recibir lo que tu aceptación puede otorgar.
Pedí con fervor, aunque no tengas la certeza que sea lo único que deseás; cuando lo tengas, sabrás que tenés el tesoro que siempre anhelaste. Verlo te demuestra que cambiaste tu ceguera por la visión de Cristo, y que aceptaste el Pensamiento de Dios como tu herencia. Ahora, el poder de Cristo mora en tu mente, para que puedas curar tal como fuiste curado; y ahora te contás entre los salvadores del mundo. Ese es tu único destino.
Practicá hoy, lleno de esperanza, que está justificada porque tus dudas no tienen sentido, ya que Dios goza de perfecta certeza, y Su Pensamiento nunca está ausente. Este Curso elimina toda duda que hayas interpuesto entre Él y tu certeza de Él. Contamos con Dios. no con nosotros mismos, para que nos dé certeza. Su Amor se encuentra tras nuestros temores, y Su Pensamiento aún está en nuestras mentes, más allá de todo sueño, tal como Su Voluntad dispone.

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