domingo, 22 de enero de 2012

Lección 61

"Yo soy la luz del mundo."
Hoy haremos tantas sesione como sea posible, pero que ninguna exceda 1 ó 2 minutos de duración. Sobre todo, asegurate de comenzar y terminar el día con una sesión. (estas 2 pueden ser más largas) Empezá cada sesión diciéndote a vos mismo: "Yo soy la luz del mundo. Esa es mi única función. Por eso es que estoy aquí" Si es posible con ojos cerrados, dejá venir pensamientos afines. Si tu mente se aparta, repetí la frase.
Esta idea es lo opuesto al orgullo o arrogancia: Nadie, sino el Hijo de Dios, puede ser la luz del mundo. Esto confunde al ego, que cree ver en ella la auto-glorificacion; pero el ego confunde humildad con autodegradación. La humildad consiste en aceptar el papel que Dios te dio en la salvación; este papel te ha sido asignado por Dios. Es su voz la que te dice esta verdad.
Esta idea va más allá de la mezquina opinión que tu ego tiene de vos y de tu propósito. Es el primero de una serie de pasos gigantescos que daremos en las próximas semanas.

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