lunes, 14 de mayo de 2012

Lección 167

"Sólo hay una vida, y esa es la vida que comparto con Dios."
No existen distintas clases de vida, porque la vida es como la verdad: no admite grados. Y al igual que todos Sus Pensamientos, no tiene opuestos. La muerte no existe porque todo lo que Dios creó comparte Su Vida. En este mundo parece haber un estado opuesto a la vida: la muerte, que es además la idea subyacente a todos los pensamientos que no son felicidad. Todo pesar, sensación de pérdida, ansiedad, sufrimiento, dolor... dan testimonio de la muerte, y niegan que vivís.
Creés que la muerte tiene que ver sólo con el cuerpo, pero es una idea: como tal, se encuentra en la mente. Y es en su origen donde pueden efectuarse el cambio, si el cambio tendrá lugar. Esta es la razón de que puedas curar.
La muerte es el pensamiento de que estás separado de tu Creador; la creencia de que las condiciones cambian, y que tus emociones varían de acuerdo a causas fuera de tu control.
La muerte no puede proceder de la vida. Las ideas permanecen unidas a su fuente, por ello no pueden dar origen a lo que jamás se les dio. La mente puede pensar que duerme, pero eso es todo. Lo que parece morir no es sino la señal de que la mente está dormida. La mente es mente, tanto despierta como dormida. Dios sólo crea mentes despiertas. Él no duerme y sus creaciones no pueden poseer algo que Él no les confiera. Lo que parece opuesto a la vida, es meramente un sueño. Cuando la mente elige ser lo que no es, una condición foránea que no forma parte de su Fuente, simplemente duerme por un rato. Cuando la mente despierta, sigue siendo como siempre fue.
Seamos hoy criaturas de la verdad. No neguemos nuestro patrimonio. Nuestra vida no es como la imaginamos. ¿Quién podría cambiar de vida por soñar un rato? Hoy no pediremos la muerte en ninguna de sus formas. Hoy procuraremos mantener su santo hogar tal como Él lo estableció, y Su Voluntad dispone que sea eternamente. Él es Señor de lo que pensamos, y en Su Pensamiento, que no tiene opuestos, entendemos que sólo hay una vida, que es la que compartimos con Él , con toda la creación, al tener una sola Fuente desde la cual nos llegó la perfección.
Una mente despierta es aquella que conoce su Fuente, su Ser y su Santidad.

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