domingo, 29 de abril de 2012

Lección 152

"Tengo el poder de decidir."
Nadie puede sentir dolor, pérdidas, estar afligido... a menos que sea su propia decisión, que así lo desee. Puede parecer una postura extrema, pero ¿cómo podría la verdad no ser abarcativa? Tiene que abarcarlo todo, si es que es la verdad. No aceptes opuestos ni excepciones; la salvación es el reconocimiento de que sólo la verdad es verdad, y que nada más lo es. Es la más simple de las distinciones, y la más ambigua, porque se halla oculta tras una amplia gama de opciones que no parecen proceder de vos. Tal como Dios te creó, no podés sino ser inmutable; por lo tanto, los estados transitorios son, por definición, falsos. Por ello, el mundo que vemos ha sido creado por nosotros. ¿qué puede saber Dios de lo efímero, del pecado, sufrimiento o dolor? Pensar que Dios creó el caos, que contradice Su Voluntad, es arrogancia. La humildad se daría cuenta de que estas cosas no pueden proceder de Él. Seamos hoy humildes, y aceptemos lo que hemos hecho tal como es. Tenemos el poder de decidir. Aceptá el papel que te corresponde como co-creador y lo que crees haber fabricado desaparecerá; emergerá en tu conciencia lo que siempre estuvo ahí. Con humildad, aceptamos jubilosamente como nuestros el esplendor del Hijo de Dios, su pureza, el Amor de su Padre y su derecho al Cielo
Sesiones largas: Por 5 minutos al despertar, y 5 más antes de dormir, pensaremos sólo en la verdad y practicaremos sus caminos: iniciamos diciendo "Tengo el poder de decidir. Hoy me aceptaré a mí mismo tal como la Voluntad de mi Padre dispuso que yo fuese" Luego, aguardamos en silencio, abandonando el auto engaño, pidiendo humildemente que se revele ante nosotros.
Sesiones cortas: Cada hora, repetí esta invitación a tu Ser. La Voz de Dios te contestará, trayéndote su paz.

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