martes, 17 de abril de 2012

Lección 140

"La salvación es lo único que cura."
Con "cura" no nos referimos a un remedio que hace que el cuerpo se sienta "mejor"; sino a curar nuestra mente, lo que pondrá fin al sueño de enfermedad. Los dulces y felices sueños del Espíritu Santo don distintos de los del mundo; son muestra de que la verdad asoma a tu mente, conduciéndote a un despertar.
La Expiación cura absolutamente; donde no hay culpa, no puede haber enfermedad, que es otra forma de la culpabilidad. No hay lugar en que Dios no esté: por lo tanto, el pecado no tiene un lugar donde morar, y ocultarse de Dios. Éste es el pensamiento que cura. La mente que lleva sus ilusiones ante la verdad, cambia realmente. Hoy tratamos de cambiar la mentalidad con respecto a la fuente de la enfermedad, hallando así la fuente de la curación, que está en nuestra mente. Hoy no nos dejemos engañar por quien nos parece que está enfermo; iremos más allá de las apariencias. Todas las ilusiones son falsas, y se pueden sanar precisamente porque no son verdad.
Sesiones largas: En 2 ocasiones, (al inicio del día y a la noche). Permanezcamos en perfecta quietud, a la escucha de la Voz de la curación, que restaurará la cordura del Hijo de Dios. Nos despertamos oyéndolo, y dejamos que nos hable por 5 minutos, y lo concluimos de igual modo. Sólo tenemos que dejar de lado nuestros pensamientos, que son interferencia. Sin nada a que aferrarnos, oremos: "La salvación es lo único que cura. Háblanos, Padre, para que nos podamos curar" Sentiremos la paz descender sobre nosotros.
Sesiones cortas: Repetiremos cada hora nuestra plegaria de curación, dedicando un minuto a oír la respuesta, aguardando en silencio. Hoy es el día en que la separación llega a su fin.

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