miércoles, 7 de marzo de 2012

Lección 105

"Mías son la paz y la dicha de Dios"
La paz y la dicha de Dios nos pertenecen. Hoy las aceptamos sabiendo que son nuestras. Y que se multiplican a medida que los recibimos, al contrario que en los regalos del mundo, donde el que da parece perder lo que entrega. Uno de los objetivos del curso es invertir tu concepto del dar, de modo que puedas recibir. Acepta la dicha y la paz de Dios, y aprenderás a ver que los regalos no disminuyen cuando se dan, sino que se multiplican. La dicha de Dios aumenta cuando aceptas como tuya Su dicha y Su paz.- Dar verdaderamente equivale a crear. Añade a todo lo que ya está completo, no en el sentido de añadir algo (implicaría que antes era menos) sino que permite que Dios se complete a Si mismo, tal como Dios se define a sí mismo.
Sesiones largas: Comenzaremos ligeramente distinto hoy . Pensá en aquellos a quienes les negaste la paz y la dicha de acuerdo a las leyes de Dios, ya que al negárselas, te las negaste a vos mismo. Por eso, decile a cada uno, según cruce tu mente: "Hermano, te ofrezco la paz y la dicha, para que la dicha y la paz sean mías." Ahora estás listo para aceptar el regalo de paz y dicha que Dios te da. Ahora podés decir: "Mías son la paz y la dicha de Dios" porque diste lo que querés recibir. Cerrá los ojos, y dejá que Su Voz te asegure que estas palabras son verdad. Pasá hoy 5 minutos con Él de esta manera, pero no creas que menos tiempo no tiene valor. Asegurate de hacerlo cada hora. Proponete no interferir hoy en Sus designios.
Sesiones cortas: Si alguien parece tentarte a que le niegues este regalo, bendecilo lleno de agradecimiento y decile: "Hermano, te ofrezco la paz y la dicha, para que la dicha y la paz sean mías." Consideralo como una oportunidad más para aceptar los regalos de Dios como tuyos.

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