domingo, 4 de marzo de 2012

Como Perdonar?


Qué fácil es hablar del perdón, pero que difícil es darlo.
Algunos han dicho que es un don el saber que estamos equivocados y que podemos ser perdonados; pero ¿qué pasa con los que se equivocan y nos hacen daño?
Algunas veces deseamos castigar a dicha persona, pero quienes salen más castigados somos nosotros mismos y para liberarnos es necesario renunciar a esos sentimientos dolorosos que no son nuestros, sino que son de quien nos hizo daño, y hay que dejarlos ir.
Cuándo sucede esto, me pregunto, ¿qué hubiera yo hecho en lugar de la otra persona que me hizo daño, si yo hubiera estado en la misma situación y circunstancias?
Casi siempre concluyo que en ese momento, lo que hizo esa persona fue su mejor opción para él, aunque no para mí, y lo que la otra persona hizo fue sólo protegerse, no fue su intención hacerme daño.
¿Acaso no hice sentir yo alguna vez a otra persona de la misma manera?
¿Estaré pensando que mis sentimientos valen más que los de la otra persona?
Y de ahí viene la siguiente reflexión:
Me siento herido, pero eso no significa que la otra persona sea mala o en verdad quiera hacerme daño. Simplemente la otra persona no conoce toda mi vida ni mi pasado, igual que yo no conozco el suyo, y no sabe lo que traigo guardado en mi historia personal.
El perdón no se pide, se da... Y la razón más importante para darlo es que me libero de una gran carga.
¿Qué prefieres? ¿Ser feliz o tener la razón?

El perdón brota únicamente del ofendido y produce la reconciliación solo cuando honestamente se concede y sinceramente se pide.
El perdón es la forma superior de la memoria , porque es olvidar a pesar de recordar.

Para un observador atento, el perdón es un verdadero regalo que se da primero a si mismo el que perdona, y que llega a la otra persona como un don, una gracia, una elevación que sana y a la vez potencia el vínculo interpersonal dañado.
* * *
Para el ego, el amor es un crimen. El ego intenta convencernos de que perdonar es algo peligroso que lleva consigo un sacrificio injusto. Insiste en que el perdón nos convertirá en el chivo expiatorio de otras personas. Para el ego el amor es debilidad, para el espíritu, el amor es fuerza, aceptar incondicionalmente a la gente, para el ego esto es escandaloso, porque el amor incondicional es su muerte. ¿Cómo crecerá la gente si todos andamos por el mundo aceptándonos tal como somos? Aceptar a los demás tal como son tiene el efecto milagroso de que los ayuda a mejorar. La aceptación no inhibe el crecimiento, sino que mas bien lo favorece. La gente que siempre nos dice qué es lo que tenemos de malo no nos ayuda, antes nos paraliza, llenándonos de vergüenza y culpa. Las personas que nos aceptan nos ayudan a sentirnos bien con nosotros mismos, a relajarnos a encontrar nuestro camino.
Aceptar a los demás no significa que no hagamos sugerencias constructivas. Pero como pasa con todo, el problema no radica tanto en nuestro comportamiento como en la energía que lo mueve. Si critico una persona para cambiarla, lo que está hablando es mi ego, pero si cambiamos nuestra tendencia a juzgar y todavía me siento movida a comunicar algo, lo haré con amor y no con miedo. No me moverá la energía del ataque sino la del apoyo. Con el cambio de conducta no basta. Cubrir un ataque con un baño de azúcar, disfrazarlo con un tono de voz dulce o expresarlo con jerga terapéutica no es un milagro. Un milagro es un cambio auténtico del miedo al amor. Si hablamos desde el ego, movilizaremos al ego de los demás. Si hablamos desde nuestro espíritu, movilizaremos su amor.
Un Hermano Equivocado Requiere Enseñanzas, No Ataques.
Comuniquémonos con amor en lugar de atacar. La comunicación es una calle de dos direcciones, solo se produce si una persona habla y la otra la escucha. Para comunicarnos de verdad es necesario asumir la responsabilidad del espacio del corazón que existe en nosotros y el otro. El silencio puede ser una poderosa comunicación de amor. Ha habido veces en que yo he estado equivocada y sabía que lo estaba y sabía que ellos sabían que estaba equivocada y los amaba por tener la amabilidad de no decir nada. Eso me dio siempre la ocasión de recuperarme con dignidad. La opción de unir es la clave de la comunicación, porque es la clave de la comunión. Lo que importa en la comunicación no es lograr nuestro objetivo, sino encontrar un terreno puro del ser a partir del cual construir el mensaje.
"A quiénes Dios a unido como uno, que el ego no los puede desunir". Es deber nuestro tener un compromiso con todas nuestras relaciones y que las personas implicadas jamás competirán entre sí. El compromiso en una relación significa que se dé un proceso de comprensión y perdón recíprocos por más conversaciones que nos exija y por más incómodas que éstas puedan ser. Cuando nos separamos físicamente de alguien, eso no significa que nuestra relación con esa persona haya acabado. Las relaciones son eternas. Dejar ir a alguien es decirle: te amo tanto que puedo dejarte en libertad de estar donde quieras estar, de ir a donde quieras ir". Este momento no es el final de una relación; es la relación última del propósito de cualquier relación: que encontremos el significado del amor puro.
Es importante honrar la naturaleza eterna de las relaciones. Cuando las relaciones cambian de forma, su contenido no tiene por qué disminuir. El amor no origina otra cosa que más amor y saber perdonar es saber amar más.

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